Opinión

Voto nulo o mal menor

Por Julio Failoc

Economista

Voto nulo o mal menorFoto: Onpe

Entre el voto nulo y el mal menor nos han colocado los últimos resultados de las elecciones presidenciales y congresales. Sin embargo, valdría preguntarse ¿es real este dilema, o es un mensaje poderoso para forjar un gobierno y un congreso de coalición y emergencia que plantea Michel Azcueta a lo cual se han sumado diversos colectivos como salida a esta crisis?

Desde esta columna advertíamos que en estas elecciones iba a primar el ausentismo electoral y los votos nulos y blancos, poniendo en riesgo la gobernabilidad y la legitimidad de los dos candidatos que pasan a segunda vuelta. Lastimosamente no nos equivocamos, al 100 % de actas procesadas, el ausentismo electoral alcanzó el 30 % y los votos nulos y blancos sobrepasaron el 18 %. Es decir, un poco menos de la mitad de los electores se desentendió del proceso, dejando que la otra mitad decida quienes pasan a segunda vuelta.

Pero la situación no termina allí, sino que el profesor Pedro Castillo logró un poco más de los 2.7 millones de votos de un total de 25 millones de electores hábiles, y la señora Keiko Fujimori apenas 1.9 millones de votos. O sea, que entre los dos, solo lograron el apoyo de menos de la quinta parte de la población electoral.

En el caso del Congreso la situación es más grave porque el voto nulo y en blanco bordeó el 25 % lo que, sumado al ausentismo, llegó casi al 55 % de los electores y solo el 45 % optó por alguna alternativa. Si a ello le restamos los que votaron partidos que no pasaron la valla electoral, solo 8.5 millones de electores (33.7 %) definió la composición del nuevo congreso.

Estos resultados electorales son expresión de la desconfianza y del agotamiento de las formas como se ha venido haciendo política, en medio del lodo y la inmundicia, lo que ha llevado a una profunda crisis de la clase política y que hoy exige mayor responsabilidad si se quiere realmente recuperar la confianza del electorado. No basta el mea culpa en el discurso, sino de una acción concreta como gesto político --si aún queda algo de decoro-- que dé respuesta a las grandes preocupaciones que tiene la población.

Las cifras no engañan y esperamos que, tanto los dos candidatos que han pasado a la segunda vuelta, como los 130 congresistas elegidos tengan conciencia de que solo tienen el respaldo de un quinto y un tercio de la población electoral, respectivamente, y que están obligados a un gobierno y congreso de coalición y emergencia que dé respuesta inmediata a la crisis sanitaria y a la reactivación económica que demanda el país.

Saludamos la iniciativa de Michel Azcueta en torno a la demanda a Pedro Castillo y Keiko Fujimori a los cuales se han sumado varios colectivos y organizaciones sociales a favor de un gobierno y un congreso de coaliciones y emergencia con participación comunitaria local, regional y nacional, cuya agenda aborda temas para enfrentar la pandemia, la reactivación económica y la lucha contra la corrupción.