Opinión

Vargas Llosa, la telenovela del fraude

Por Carlos Reyna

Sociólogo

Vargas Llosa, la telenovela del fraude Fuente: AFP | La República

En una entrevista que le hicieron en 2018, a propósito de su libro ‘La Llamada de la Tribu’, Mario Vargas Llosa comentó que no siempre el talento creador va acompañado de la virtud moral del escritor. Lo dijo en relación a escritores de mucho brillo que a la vez portaban una ética descompuesta en su vida personal o política.

Ahora bien, con lo que acaba de hacer y decir respecto al Perú, en un evento realizado en España por una Fundación que él patrocina, Vargas Llosa acaba de colocarse como un caso más de talento sin virtud. Tal ha sido la cantidad y la naturaleza alucinante de las mentiras que él, su hijo y su invitado peruano dijeron respecto al supuesto fraude en las elecciones peruanas. Tengo la impresión que va a continuar un rumbo cada vez más divergente de la honestidad y eso marcará su ingreso definitivo a una fase de penosa decadencia como escritor.

Las alucinantes mentiras de Daniel Córdova

El evento se denominó “Iberoamérica, democracia y libertad en tiempos recios”. Una de sus mesas se dedicó a tratar sobre el supuesto fraude en Perú. El primero en hablar fue Daniel Córdova, el mismo del frustrado grupo que fue a la OEA a exigir una auditoría del proceso electoral. Se suponía que iba a presentar las pruebas del fraude. Lo que no sabían sus oyentes es que, de todas las cosas que ha venido diciendo sobre el “fraude”, él mismo había dicho en Perú que no tiene ninguna prueba.

La primera cosa que dijo es que “la madrugada del 6 de junio dos mil mesas de las regiones más alejadas fueron tomadas por partidarios de Perú Libre, no había personeros de Fuerza Popular por amenazas físicas, porque Perú Libre tiene nexos comprobados con organizaciones de fachada de Sendero Luminoso, … al final de la votación rellenaron las actas con votos a favor de Pedro Castillo”.

Luego contó la misma historia de firmas falsas, suplantación de identidades, y otras cosas de las que los abogados fujimoristas nunca presentaron prueba alguna. Pasó luego a afirmar que ya no era solo un “fraude en mesa” sino un “fraude estructural …perpetrado por el Jurado Nacional de Elecciones” y que “está probado que ha ganado Keiko Fujimori”.

En cierto momento, Vargas Llosa lo interrumpe para sugerirle que diga en representación de quiénes viene a hablar. Córdova respondió que “en representación de Fuerza Popular, el Apra, el PPC, Renovación Popular, Avanza País”. En verdad el PPC, ni Avanza País, han dicho nada sobre el tema del fraude. Lourdes Flores no representa al PPC ahora. Pero más adelante, el mismo Vargas Llosa dijo que los avaladores de la tesis del fraude “son todos los partidos democráticos del país”

Las últimas mentiras importantes que dijo Córdova es que el gobierno de Sagasti había hecho “gestiones diplomáticas para que los Gobiernos de EEUU, Canadá, Unión Europea, emitan informes favorables al proceso electoral” y que “aún a estamos a tiempo de que se pida la auditoría”. Obviamente, el gobierno no hizo lo primero y no hará lo segundo de ninguna manera.

El turno de Vargas Llosa

De las falsedades enormes del escritor, ya se supo aquella de “el gobierno ha tomado partido por el candidato aparentemente humilde de los sectores más desfavorecidos”. Pero también dijo que la prensa internacional patrocina esta versión y que información como la que había traído Córdova “no llega a los grandes medios de información porque se han comprado la versión de …este maestro de Chota, aparentemente de segundo nivel”.

Otra de las mentiras alucinantes de Vargas Llosa fue esta: “Tengo la impresión de que desde Venezuela se ha dirigido toda esta elección, pero no lo puedo probar”. Luego explicó por qué decidió apoyar a Keiko Fujimori en la segunda vuelta. Afirmó que “la elegimos porque ella fue elegida por el pueblo peruano como la representante opositora de Pedro Castillo”. Aquí se le extravió la razón porque en la primera vuelta no fue todo “el pueblo peruano” el que votó por Keiko. Por otro lado, sus electores no sabían quién iba a ser su contendor.

Mario Vargas Llosa continuó con lo siguiente: “Una gran mayoría del pueblo peruano eligió a la señora Fujimori en contra de Pedro Castillo porque él representa la desaparición de la democracia y la libertad …solo están contra ella exclusivamente los partidos totalitarios que hay en el Perú”. Pero no hay absolutamente ningún indicio de que Keiko ganó. Y contra ella están diversos colectivos, varios partidos y muchos ciudadanos que no tienen nada de totalitarios. Antes, el Nobel peruano había soltado la frase más grave de las que ha dicho: “Todo lo que se haga para frenar esa operación turbia está perfectamente justificado”. Todo, inclusive los llamados más descarnados al golpe militar, como los que ha hecho Alfredo Barnechea

Las invenciones del hijo

Alvaro Vargas Llosa, a su turno, se refirió a cómo sería el gobierno de Pedro Castillo. Para ello mencionó el fallo de una jueza disponiendo que el Congreso enmiende una irregularidad en el proceso de elección de miembros del Tribunal Constitucional - el otorgamiento de puntajes sin la debida motivación-. Afirmó falsamente que eso equivalía a disponer que el Congreso “ya no puede legislar, ya no puede ejercer sus funciones…eso es el germen de la abolición de separación de poderes”.

También aludió a la sentencia de un juez que ha dado validez a la demanda de un grupo de periodistas para que se revierta la compra de un diario por el Grupo El Comercio, para frenar la concentración indebida de la propiedad sobre medios. Aseguró que eso anunciaba que vendrían más acciones legales en contra del Grupo El Comercio. Afirmó que el diario La República podría obtener el control de la mayoría de acciones de América Televisión, desplazando a El Comercio a través de una demanda judicial.

Igualmente, aseguró que también vendría una persecución judicial en contra de los líderes de las protestas que la oposición podría realizar en contra de Castillo. Sostuvo que el “sistema judicial ha comenzado a adaptarse al régimen de Pedro Castillo ... En todas las instancias en las que quienes respaldan al señor Castillo y al señor Cerrón han presentado acciones, la resolución judicial ha sido en su favor”.

Afirmación falsa pues hace poco una sala de la Corte Superior de Huancavelica declaró improcedente la anulación de una sentencia que sancionaba con tres años de prisión suspendida a Valdimir Cerrón. Igualmente, todos saben que está en curso una investigación fiscal por un caso grave de corrupción en el gobierno regional de Junín durante la gestión de Cerrón. En relación a esto, los fiscales a cargo han pedido la detención preliminar por 36 meses de varios funcionarios de ese gobierno regional, entre los cuales hay militantes del partido de Perú Libre. Por otro lado, la Procuradora Anticorrupción de Junín ha pedido, ayer 10 de julio, que Cerrón sea incluido en la investigación por este caso.

Las razones de tanta mentira

¿Por qué esta descomunal suma de mentiras de parte de Mario Vargas Llosa? En parte porque tiene una mirada bastante arcaica sobre América Latina. Piensa que la polarización política que divide a la región es la que sostenía la oligarquía de hace sesenta o cincuenta años, entre la democracia y la libertad, de un lado, y el comunismo y el totalitarismo, por otro. Keiko Fujimori representaría lo primero, y Pedro Castillo, el otro.

Y en parte también miente por pura deshonestidad intelectual. Bastaría solamente con que tome en cuenta los hechos tal como son, así como la trayectoria real de los actores sobre los que toma posición. Que haga solamente lo mismo que hace cuando recoge información para sus novelas. Así encontraría que todo lo que dice sobre el fraude supuesto y sobre la amenaza totalitaria son mentiras impúdicas.

Pero Vargas Llosa prefiere seguir diciéndolas sin corroborar nada. Ser uno más de los que promueven el desmoronamiento de la democracia peruana. Keiko Fujimori lo hace para escapar del juicio que muy probablemente la llevará a la cárcel. El lo hace por la pulsión ególatra de verse como campeón de la libertad, sin darse cuenta de la imagen patética que ahora tiene entre la prensa, los políticos de cierta sensatez y los intelectuales con algo de sentido crítico.