Opinión

Un paso adelante, dos pasos atrás

Por Víctor Caballero Martin

Sociólogo

Un paso adelante, dos pasos atrásFoto: PCM

Tal parece que la famosa frase de Lenin: “Un paso adelante, dos pasos atrás”, título de su libro de 1904 sobre los momentos críticos del partido bolchevique, puede ser usada para explicar las sensaciones que ha producido la exposición de Guido Bellido, Presidente del Consejo de Ministros (PCM) ante el Congreso de la República. Claro, solo uso la frase porque el contenido y las circunstancias del famoso libro de Lenin son muy distintas.

El triunfo de Pedro Castillo sin duda fue un paso adelante, trascendental y significativo en la historia política peruana. Todo el simbolismo del maestro rural que encarnaba la esperanza de cambio de las regiones, de las poblaciones excluidas y marginadas, que, sin mayores recursos venció a la coalición de la derecha que contaba con todo a su favor: recursos, prensa, organización y, sobre todo, el respaldo de Lima y de las principales zonas urbanas de la costa.

Se esperaba que Guido Bellido en su discurso ante el Congreso para pedir la confianza a su gabinete, iba a plantear los aspectos medulares del cambio político con el cual se iniciarían las grandes transformaciones prometidas. Sorpresa. Fueron dos pasos atrás, con propuestas modestas y generales con algunos elementos de cambios constitucionales, pero sometidos a la concertación con las bancadas parlamentarias. Indudablemente con estas propuestas buscaba tranquilizar a las bancadas, sobre todo a aquellas que le reclamaban una posición más concertadora, como la que presentó el presidente Castillo en su mensaje inaugural del 28 de Julio.

Si analizamos bien el contenido del discurso, éste fue bastante moderado y concertador. Para empezar, llamó a la necesidad del “consenso político para desarrollar políticas públicas”, pidió que “le otorguen facultades delegadas para legislar en materia tributaria, en salud y en lo concerniente a la conformación de una comisión reformadora del sistema de seguridad social y de salud.”

No obstante, en el discurso de Bellido se plantearon algunos puntos controversiales que pueden ser parte de la lucha política que se abre entre el Ejecutivo y el Legislativo, porque, en cierta forma, son puntos que tienen a la base cambios constitucionales referidos al rol del Estado en la economía. Estos puntos son los siguientes:

• La iniciativa para fortalecer y modernizar al Banco de la Nación” para que pueda competir con la banca privada; el “fortalecimiento del Agrobanco y dotar de mayores recursos al Fondo AgroPerú para la campaña agrícola que se inicia.” En cierta forma esto ya es un paso adelante que modifica (o intenta modificar) el rol subsidiario del Estado.

• En el tema del gas y el petróleo: el Estado participará en todas las actividades del rubro, aumentando la competencia y generando mayores ingresos al erario nacional para proyectos de desarrollo. Este es un aspecto medular en la medida que se autoriza a PETROPERU a actividades exploratorias y de explotación de recursos petroleros o de gas, compitiendo con empresas privadas. Esto también significa cambios en el denomina el rol subsidiario del Estado.

• Se promoverá la exploración pública y privada para revalorizar yacimientos y aumentar reservas. Ello implica reestructurar Petroperú.

• El gobierno apoyará e incentivará la inversión pública y privada con criterio de rentabilidad social. En las actividades extractivas, se implementará el enfoque territorial, aunque no está claro como lo entiende el gobierno. Lo que si se conoce son las manifestaciones conflictivas que se presentan cuando dentro de un espacio geográfico no pueden convivir la actividad minera o petrolera con la actividad agrícola, pecuaria o forestal. El concepto de rentabilidad social, sin duda, tiene que construirse, pero sobre todo, adecuarse al marco normativo que regulan estas actividades económicas.

• Se establecerá un nuevo pacto entre el gobierno y las empresas y demás actores, para que exista una relación armoniosa y productiva en función del desarrollo sostenible de cada territorio. Como se conoce, en el sector minero hay largos y complejos conflictos sociales que tienen paralizados proyectos de inversión, obviamente no son mesas de diálogo lo que falta, sino cambios legales relacionados, por ejemplo, con la clasificación de las carreteras por donde se transporta el mineral o los cambios en diversos acuerdos marcos.

El resto del discurso de Bellido fueron medidas de políticas sectoriales que ya estaban en marcha, con el añadido de que se inyectarán más recursos a los programas existentes; recursos que se espera que tengan un impacto en la reactivación de la economía popular, y de otro lado el reinicio de grandes proyectos de infraestructura paralizados.

Obtenida la confianza por el Congreso con una votación inesperada de 73 congresistas a favor, sin duda que las condiciones para estabilizar la gestión del gobierno son más propicias. A veces, dar dos pasos atrás puede ser lo más prudente, si es que se busca ganar tiempo para estabilizar el momento político, pero sobre todo si el gobierno está dispuesto a ganar aliados, construir confianza entre las fuerzas políticas dispuestas a trabajar por una coalición democrática que cierre el paso a las cabezas termocéfalas de la coalición ultraderechista que viene trabajando un golpe de estado.