Opinión

Un gabinete con las horas contadas

Por Noticias SER
Un gabinete con las horas contadas Foto: Flickr Presidencia de la República

El nombramiento del congresista Héctor Valer como nuevo presidente del Consejo de Ministros del gobierno de Pedro Castillo ha generado diversas reacciones, en su mayoría de rechazo. La razón: un comportamiento público y privado altamente cuestionable, que va desde una sinuosa trayectoria política hasta las graves denuncias de violencia contra su hija y su esposa, pasando por una deuda de 43 mil soles a la Sunat.

Los cuestionamientos no solo se dirigen a Valer. Otros miembros de su gabinete ya han sido señalados sea por su nula experiencia en los sectores de los que estarán a cargo, las investigaciones fiscales de las que son objeto o por sus posturas irreconciliables con políticas de Estado, como es el caso de la designada Ministra de la Mujer, Katy Ugarte. A ello se agrega la permanencia de ministros seriamente cuestionados como Juan Francisco Silva, ministro de Transportes y Comunicaciones, cuyo único mérito parece ser su amistad con el presidente Castillo.

Es cierto que a ministros de los dos primeros gabinetes se les cuestionó por razones parecidas. En esa medida, resultan bastante tardíos los arrepentimientos de algunos aliados del gobierno, que al quedar hoy fuera del gabinete, hablan incluso de traición y buscan pasar a la oposición luego de la complacencia con la que avalaron la errática actuación del gobierno. Al mismo tiempo suenan insustanciales los pronunciamientos de las agrupaciones parlamentarias que advierten que no le darán la confianza al gabinete Valer, a la vez que votan de la mano con los bancadas cercanas al gobierno en asuntos que favorecen a las diversas mafias que medran del Estado.

Por las razones expuestas y por la nula calificación ética y política del congresista Valer para ejercer el cargo de Presidente del Consejo de Ministros, en Noticias SER consideramos que su participación en el gobierno es inaceptable e insostenible. La responsabilidad de su nombramiento recae sobre el presidente Castillo, que al parecer no guarda respeto alguno por el pueblo al que siempre apela en sus discursos. Poco o nada se puede esperar de un gabinete que tiene las horas contadas y cada vez menos de un presidente y de una clase política que vive de espaldas al país.