Opinión

Sí, Castillo aprende rápido

Por Pablo Najarro Carnero

Teólogo y docente

Sí, Castillo aprende rápido Foto: Presidencia

Hay una desesperación bárbara en todo el sistema mafioso peruano. Fue honesto Castillo al decir que “estaba aprendiendo”. Y a buen entendedor, pocas palabras. Imagino que no fue un mensaje a la tribuna, sino para quienes gobernaron antes.

En estos días el sistema (mafioso) y los secuaces del fujimorismo, léase, los sediciosos del “Alma” recibieron el mensaje y se apresuraron a renovar el pedido de vacancia, por lo que sea, pero que sea.

Ya aprendió Castillo, quizá de la mano de Cerrón, que asumir un ministerio no es el summum de las encargaturas ministeriales. El verdadero poder está en a quien pones de Secretario General de un ministerio.

Si el que asume esta secretaría es un buen abogado y laboralista, sabrá que hay muchos cargos de confianza y así, en ellos se puede colocar a los fieles del partido. Ya salieron los nombres de algunos secretarios generales y el sistema los referenció.

El secretario también sabría cuales son los cuellos de botella para hacer que el poder legislativo camine más rápido, quienes son los grupos enquistados del sistema mafioso. Sabría por donde está el movimiento de dinero, sobre todo en el rubro de adquisiciones. Las compras y buenas pros de los ministerios son millonarias. El rico ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento es un botín deseado. Recordemos que por ahí entraban Odebrecht y los socios del "Club de la Construcción". Sumen, millones del contrato más adenda, ¡uh! Como decía el ex ministro Giuffra a mi finado paisano Mamani: “ya sabes cómo es la nuez y ya sabes lo que vas a sacar”. Tu 5% sin saber leer ni escribir. Quien dio la alerta de los intríngulis en las entidades públicas fue el novísimo electo para INDECOPI, Julián Palacín Gutiérrez. Solicitó a Contraloría que investigue a la Sala de Defensa de la Competencia por posible conflicto de intereses. Si uno escarba en el cieno de la mafia en cada ministerioo en las OPD, encontrará que en todas las áreas donde hay movimiento de dinero están los operadores de la mafia, sumando a ellos a los topos nombrados desde la época del fujimorismo por ellos mismos y que mueven los documentos de buena pro con celeridad digna de “flash”.

Lo normal en todo sistema democrático, siempre ha sido costumbre que el partido ganador lleve a todos los cargos de confianza a su gente, usualmente a los colaboradores cercanos. También ha sido usual que en los cargos no haya habido gente de nivel acorde al cargo. Si uno revisa muchos nombramientos de confianza de gobiernos anteriores ha sido así. En su momento Rafael Rey, ingeniero industrial, fue ministro de Defensa, después miembro del directorio BCR por mencionar algunas perlas. ¿El Grupo El Comercio levantó la voz?

Lo primero que ha hecho el sistema ha sido resucitar a voz en cuello, el manido recurso de llegada del comunismo por mano de Cerrón. Se reitera en el risible caos al estilo Venezuela. Lamentablemente, hay que decirlo, las propuestas de Cerrón han sido de bajo nivel. Lo segundo que ha hecho el sistema mafioso ha sido espulgar a todos los nominados y exigir vallas muy altas.

Para mi es obvio que el sistema mafioso tratará de evitar a toda costa que especialistas del gobierno lleguen a los entuertos del poder en cada ministerio. Hay ministerios que mueven millones. Detrás de ellos está el sistema mafioso. Y si lo recuerdan, cuando postulaba Humala, con un mismo lenguaje nacionalista que el de hogaño, la desesperación y el miedo hizo que el sistema mafioso le impusiera una “hoja de ruta” al militar y los ministerios que son claves para el negocio.

Sí, está llegando Castillo a los bajos fondos de todo el sistema. Y tienen que temer las mafias que han vivido del Perú por más de doscientos años. Lástima de nuevo que la torpeza de Castillo en elegir a su gente de confianza lo traicione. Lástima que se esté rodeando de gente incapaz para gobernar, cuyo pasado los condena. Curiosamente en más de un caso por la violencia contra la mujer, que al ser una bandera de los sectores progresistas, termina llevando a estos a sumarse al coro del sistema mafioso contra el presidente.