Opinión

Rondas Urbanas: chicote para la inseguridad ciudadana

Por Sasha Chumpitaz

Arquitecta

Rondas Urbanas: chicote para la inseguridad ciudadanaEnfoquesPerú

El presidente Castillo en su primer mensaje a la nación señaló tres aspectos referidos a las rondas y la seguridad ciudadana: Las rondas no son más que población organizada para dar seguridad a toda la población, el trabajo de las rondas se dará de manera conjunta con la Policía Nacional del Perú y se deberán incluir al Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana, a nivel regional y local, respetando su autonomía.

Varios de esos anuncios no deberían causar asombro, las rondas no llegan por primera vez a Lima o a zonas urbanas. Actualmente, las comisarias distritales promueven la conformación de comités o juntas vecinales que se encargan de “rondear” los barrios para prevenir la violencia social y delictiva, no la violencia vinculada al crimen organizado. Aunque, al parecer, el alcalde de Lima desconoce esa realidad.

Durante esta semana, las declaraciones del alcalde Jorge Muñoz dejaban claro que él sería un acérrimo opositor a la expansión del sistema de rondas en Lima. El principal motivo, según el alcalde, responde a la posibilidad de armar grupos paramilitares como en Venezuela, Nicaragua o Cuba, con dinero del Estado. Francamente, viniendo de la principal autoridad metropolitana que debe garantizar la seguridad de la población y sin mostrar resultados en su competencia; parece un comentario sin vergüenza, su negativa a promover la organización para vigilar la conducta social en el espacio urbano y la vocación de cuidado en la ciudad. ¿Será que el alcalde no quiere recibir chicote?

Lo cierto es que mientras la preocupación de Muñoz se aboca a los temores de un sector que intenta normalizar discursos del terror; la percepción de inseguridad en la ciudadanía sigue en aumento, ya sea por la precaria institucionalidad (PNP, Ministerio Público, serenazgo), la ausencia de organización ciudadana o la inexistencia de un diseño urbano que ayude a combatir los focos delictivos.

No se trata de enfrentarnos como peruanos o poner en peligro la vida de un vecino por la defensa de su barrio, se trata de implementar otras alternativas de solución que ayuden a deconstruir el miedo en la ciudad; por supuesto, todo esto mientras se avanza en la reforma integral de las instituciones a cargo de proteger la vida y el patrimonio de las peruanas y peruanos.