Opinión

Reloj

Por José Carlos Agüero

Escritor e Historiador

RelojFoto: Congreso de la República

/Hoy, martes 20 de diciembre, mientras el Congreso sesiona/

Cada segundo que pasa, mientras el Congreso no decide el adelanto de elecciones, aumenta el riesgo de que la ciudadanía se vea afectada gravemente. Sin duda, es profundamente desagradable depender de la decisión de estos grupos de poder, pero hay prioridades. O quedarnos con nuestra razonable aversión, o preferir un escenario mejor para proteger la vida de la ciudadanía que expresa su protesta.

Esta decisión no va a traer paz de inmediato, ni va a dotar de virtud a estos actores que han mostrado su desapego por la democracia y su menosprecio por la población. Pero quizá ayude a desencadenar un proceso con algo más de posibilidades de participación, sin muertos como costo, sin un único regulador de lo legítimo, y con un horizonte práctico, hitos en el futuro, que se pueden disputar (primarias, elecciones, reformas, referéndum, etc.), y que es mejor que una incertidumbre donde solo habita la promesa de la represión y el desespero.

/Video del entierro de un joven fallecido en las protestas en Apurímac. Una campesina dice: “…También tengo hijos y sé que van a luchar (en el futuro) y que los van a matar…” /

Por eso es importante que el Congreso actual pase a ser pronto un dato del pasado. Eso quitaría uno de los elementos más agraviantes del escenario. No va a ser algo sencillo, el Poder Ejecutivo liderado por Boluarte ha asumido una alianza de facto con los sectores más conservadores y antidemocráticos en el Congreso, y van a seguir actuando de modo irresponsable: colocar el pedido de adelanto de elecciones como un abismo entre paz y guerra, entre democracia y comunismo, entre orden y violencia, entre pobreza y desarrollo. Lo van a colocar como un todo o nada. Lo que por un lado “legitima” sus medidas de excepción y la violación de derechos, y además polariza a los adversarios (la gente movilizada, otros grupos de interés), manipulando el contexto para poder presentarlos como enemigos y no dejándoles muchas opciones, a lo más, a su vez, escalar en sus propias demandas.

Claro que no somos ingenuos. Sin duda atenta contra el sentido de decencia y de lógica imaginar a los congresistas y los grupos que representan “generando las reformas” necesarias para que las siguientes elecciones no nos lleven hacia ellos mismos o hacia otra versión de ellos. Pero la disputa será posible, y seguro tendrá momentos en el tiempo, será larga, tendrá varios capítulos. Por eso los grupos más antidemocráticos quieren evitarlo. Necesitamos algo de perspectiva y tiempo para no agotarnos en una sola coyuntura, en una sola demanda, en una sola urgencia.

/Me pasan el enlace a este texto: “Falta también ampliar las operaciones policiales y militares, porque después de un primer paso de contención y restablecimiento del orden se necesita dar golpes contundentes a la red de partidos políticos, organizaciones de base, bandas narcotraficantes, sindicatos y grupos que fueron creados bajo el castillismo …” /

Tenemos que ser mejores que estos grupos. Como señalaba un joven en el entierro de una de las víctimas en Apurímac: “Nos vamos a vengar, pero no nos vamos a vengar de una manera brusca como hacen ellos, nosotros vamos a organizarnos… para hacer política…”. Podemos escapar al marco deshumanizante que nos quieren imponer como única forma de actuar en lo público. Como ese joven en Apurímac, nosotros podemos ofrecer política, ideas, principios, lenguajes, tolerancia. Y aceptar además que en la política no siempre se gana, que otros diferentes componen la comunidad, que el resultado puede ser adverso, pero no será la aniquilación del rival o su cancelación… Es decir, al final, sí, siempre se gana, incluso perdiendo, mientras se haga política y no un remedo de ella.

/Video. Reviso una entrevista del 17 de diciembre, ya antigua para esta velocidad del país. Una congresista lamenta las muertes, pero señala que no tienen nada que ver con el adelanto de elecciones, y que no se puede ceder ante ese chantaje. El periodista le pregunta si los muertos son un chantaje y ella remarca que sí. Señala además que no se pueden ir sin hacer las reformas que el pueblo le pide, porque ella también habla con el pueblo. /

Lo que hacen ahora estos grupos antidemocráticos apoyados por el Ejecutivo, es sabotear esta posibilidad. No creo que se vayan a autodisolver sin buscar antes llevarse todo con ellos, o dejarlo organizado para no perder el control de las decisiones. Es lo que hacen los extremistas. Pero no tienen todo el poder de su lado. La movilización ha sumado actores con los que no contaban. La comunidad internacional difícilmente respalde una alianza de gobierno que se vaya ofreciendo como autoritaria. El tiempo, lo saben, acaba por poner a la justicia detrás de los injustos. Así que hay una chance. Ojalá al final del día el reloj marque una buena nueva, tan necesaria, y no sea el contador de un artefacto explosivo, programado por gente insensible. No hay mucho margen para más.

/Una de las canciones favoritas de mi hija es “Tiempo”, de Jarabe de palo. El tiempo no se detiene, ni se compra, ni se vende... Curioso elemento el tiempo... Acaba de cumplir cuatro años, y ya ha tenido seis presidentes. /