Opinión

¿Por quién votar en abril?

Por Pablo Najarro Carnero

Teólogo y docente

¿Por quién votar en abril?Foto: Andina

Hasta que no haya nuevas órdenes, las elecciones serán el 11 de abril. Pero en la cabeza de todos está la pregunta ¿Por quién votar? No hay duda, así como vemos, que todos llegan al poder y su impronta de incapacidad o de mentira sale a relucir.

El presidente o la presidenta que elijamos deberá solucionar dos temas que le preocupan a la población en general. La primera, como sobrellevar la pandemia con éxito, lo que supone cómo solucionar los ingresos económicos de la mayor parte de la población. Muchos, sobretodo los del sector privado, han quedado con el sueldo suspendido. Serán nombrados, pero por la malhadada “suspensión perfecta” están sin sueldo. El gobierno de Vizcarra les dio la susodicha ley de salvataje. No quieren que se intervenga en sus negocios, pero cuando están con la soga al cuello obligan al Estado a salvarlo. En el Estado, a todo el personal nombrado, le sigue pagando.

En cuanto a sobrellevar la pandemia, está claro que la responsabilidad está en manos de la misma población. Que de algún modo – la gran mayoría – buscan llevar unos soles a casa para comer al día siguiente es inevitable.

Pero lo que se espera es que el gobernante electo dé soluciones prontas e imaginativas. La “suspensión perfecta” terminará con una ley de despido masivo. Lo que se viene son los trabajos y los negocios virtuales. La misma educación ya se encaminó por ahí. El siguiente gobernante deberá proponer trabajo inmediato y a gran escala. No solo construcciones, que favorecerán a construcción civil, que es una población reducida. Deberá proponer trabajos primordiales de rescate post guerra – por así decirlo – que permitan generar ingresos. Los programas sociales de resurrección social, casi asistencialismo, requerirán de personal que lo lleve a cabo. Programas o proyectos de corto plazo de soporte en salud y educación, a fin de hacerlos efectivos, son también posibilidades de trabajo inmediato. Formas de trabajo remoto para los trabajadores estatales. Quizá los esenciales persistan como limpieza.

Quien dé soluciones imaginativas y posibles al electorado, tendrá ganado el voto. Creo que al ciudadano de a pie no le interesa por ahora, el tema constitucional. Que es clave hacer cambios sustanciales al mismo, es indudable, pero a la masa votante no le preocupa el tema. Quiere, remedando a los romanos, pan y circo, pero en el buen sentido: trabajo y la alegría de vivir, celebrar.

Hasta ahora, ni Vizcarra ni Sagasti han dado solución a lo dicho. Todos los candidatos están tomando como pábulo para su campaña el fracaso de ambos.

No la tienen fácil los marrulleros políticos de siempre. Todas sus campañas eran personales y promisorias. El mundo virtual los dejó sin piso.

Respuestas que calmen el estomago y el bolsillo. Que toquen el corazón quizá. Mensajes de razonamiento lógico al cerebro sobre la realidad nacional, no creo que sirvan. En pocas palabras, para llegar al corazón del votante que con su manito marca un candidato, habrán tenido que darles propuestas que les solucione el bolsillo y el estomago. El resto de argumentos será inútil.