Opinión

¿Nuestro entorno impacta en nuestra salud? : reflexiones sobre la pandemia desde la ciudad de Chimbote

Por José Rojas

Investigador asociado en URBES-LAB centro de investigación en teoría urbana y territorial

¿Nuestro entorno impacta en nuestra salud? : reflexiones sobre la pandemia desde la ciudad de ChimboteFoto: ©Chimbote en Línea

Diversos especialistas han hecho notar que la vulnerabilidad frente a la actual pandemia no está relacionada únicamente a la edad o las comorbilidades, sino también, al nivel socioeconómico. Es decir, las condiciones relacionadas a las características físicas de nuestras viviendas, el tipo de trabajo que realizamos o el acceso a servicios públicos parecen tener una asociación con los niveles de contagio, y en algunos casos, con la mortalidad por covid-19 ⁠. Eso supone que existen diferentes maneras y distintas escalas de afrontar la pandemia: entre viviendas, entre hogares, entre barrios, entre distritos. Para entender estas diferencias y sus consecuencias en nuestro día a día, propongo revisar cómo se distribuyen algunas de las variables antes mencionadas en Chimbote, la ciudad más grande de la provincia del Santa , una de las provincias más afectadas por la pandemia.

Para empezar, es necesario tener en cuenta que los riesgos a los que nos exponemos con el covid-19 pueden clasificarse en dos grupos: por exposición y por vulnerabilidad. El riesgo por exposición está relacionado a las condiciones laborales en las que nos desempeñamos o al tipo de vivienda que habitamos. Tener un trabajo formal, por ejemplo, supone tener mayores posibilidades de realizar trabajo remoto que en el sector informal. Y tener un trabajo remoto implica exponerse en menor medida al contagio. Pero, ¿es la única manera en la que la informalidad laboral puede asociarse con la exposición al contagio? No. Por ejemplo, si una persona no cuenta con un sueldo fijo mensual producto de un trabajo formal, es posible que tenga que comprar sus alimentos día a día y, por tanto, el uso de una refrigeradora no sea necesario. Según el Censo de 2017, el 36% de los hogares chimbotanos no cuenta con una refrigeradora. Esta condición, que puede no parecer relevante a primera vista, puede indicar que los miembros de estos hogares visitan los mercados con mayor frecuencia y, por tanto, están más expuestos a la transmisión del virus debido a la aglomeración de personas en estos locales y/o a sus malas condiciones de ventilación .

¿Y qué pasa si identificamos las partes de la ciudad en donde se ubican estos hogares? Al final del texto presento cuatro mapas. Si revisamos el primero, podremos ver la distribución de los hogares sin acceso a una refrigeradora a nivel de manzanas en toda la ciudad. Se puede observar que existe una segregación bastante notoria: aquellas sin acceso a este bien se concentran hacia el norte y sur de la ciudad, en donde se ubican barrios surgidos por invasiones.

En cuanto a las viviendas que habitamos, el riesgo por exposición se manifiesta en las características de confort de estas. Por ejemplo, cuando existe un contagio por covid-19 dentro del hogar es recomendable aislar a la persona infectada en una sola habitación. Sin embargo, existen viviendas en las que los miembros del hogar deben compartir habitación por falta de espacio, exponiéndose más al contagio. Asimismo, desde el inicio de la pandemia se ha recalcado, con insistencia, que una de las principales medidas de prevención es el lavado de manos constante, pero no todas las viviendas de la ciudad tienen acceso a las redes de agua potable, por lo que tienen mayor dificultad para seguir esta recomendación. En el segundo y tercer mapa, se observa la distribución de la tasa de personas por habitación y el porcentaje de viviendas con acceso a la red pública de agua potable de cada manzana de la ciudad, respectivamente. Una vez más, se observa una diferencia entre las zonas de la periferia y la zona central consolidada. Por ejemplo, las zonas más claras del segundo mapa tienen valores aproximados de 1 persona por habitación, que es lo ideal; mientras que las más oscuras muestran, en promedio, un valor cercano a 2 personas por habitación. En el caso del acceso a la red pública de agua potable la segregación es mucho más notoria y debería hacernos pensar en la necesidad de planificar el crecimiento de nuestra ciudad: alrededor de 22 mil viviendas en Chimbote no cuentan con acceso a este bien.

Por otro lado, el riesgo por vulnerabilidad está asociado principalmente al estado de salud de una persona antes de enfermar por covid-19, puesto que la posibilidad de desarrollar síntomas graves de esta enfermedad dependerá de tener enfermedades crónicas o condiciones como la diabetes o la hipertensión. Y en este tipo de riesgo también parece existir una diferencia entre grupos socioeconómicos. La evidencia de otros países nos sugiere que los grupos de condición socioeconómica más baja presentan mayor proporción de factores de riesgo como la diabetes, la hipertensión o la obesidad⁠; además, que la falta de actividad física puede influenciar la aparición de algunas de las enfermedades mencionadas . Por otro lado, varios especialistas sugieren que el acceso a espacios públicos abiertos y de calidad puede elevar nuestro nivel de actividad física ⁠. Como se observa en el cuarto mapa, en la ciudad de Chimbote el acceso a espacios abiertos ¬–que pueden favorecer la actividad física– como parques, plazas, malecones o bulevares, es diferenciado. Lamentablemente, una vez más, notaremos un acceso desigual a espacios públicos de recreación, pues hacia las zonas periféricas de la ciudad estos disminuyen drásticamente.

En síntesis, tanto el riesgo por exposición como por vulnerabilidad al covid-19 se manifiesta de manera distinta en una ciudad. Esto quiere decir que la pandemia nos afecta de forma diferenciada, que hay personas con más posibilidades de salvarse que otras debido a sus condiciones socioeconómicas y las características del entorno que habitan. Es por eso que es urgente apostar por el cierre de brechas en el acceso a vivienda digna, al agua potable y redes de saneamiento, y a espacios públicos de calidad en nuestras ciudades. En ese sentido, tenemos razones para ser optimistas de cara al futuro. Hace unas semanas se publicó la Ley de Desarrollo Urbano Sostenible que, entre otras cosas, abre la posibilidad de brindar a los gobiernos locales nuevos mecanismos de recaudación que puedan servirles para financiar la construcción y mantenimiento de espacios públicos o de redes de saneamiento; así como la aplicación de nuevos instrumentos de planificación y gestión de la ciudad que permitan, por ejemplo, aumentar la oferta de suelo habilitado al interior de las ciudades y fomentar la construcción de viviendas sociales, que son dos acciones que facilitarían el acceso a viviendas a precios accesibles y que sin duda ayudarían a reducir las malas condiciones de habitabilidad antes vistas.

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1 Mena GE, Martinez PP, Mahmud AS, Marquet PA, Buckee CO, Santillana M. Socioeconomic status determines COVID-19 incidence and related mortality in Santiago, Chile. Science (80- ). 2021;372(6545).

2 Formada por la conurbación de los distritos de Chimbote y Nuevo Chimbote. Al 7 de julio de 2021, la provincia del Santa acumula 881 fallecimientos por cada 100.000 habitantes por Covid-19 según el CDC-MINSA. Es la provincia con el sexto valor más alto de esta tasa. Los cálculos pueden revisarse aquí.

3 Gullón P. El Covid-19 sí entiende de clases sociales. The Conversation [Internet]. el 5 de julio de 2021; Disponible en: https://theconversation.com/el-covid-19-si-entiende-de-clases-sociales-163443

4 Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Censos Nacionales 2017 – XII de Población, VII de Vivienda y III de Comunidades Indígenas [Internet]. 2017 [citado el 7 de julio de 2021]. Disponible en: http://censos2017.inei.gob.pe/pubinei/index.asp

5 RSD Noticias. MPS dispone la clausura temporal del Mercado Modelo de Chimbote. el 2 de julio de 2020; Disponible en: https://radiorsd.pe/noticias/mps-dispone-la-clausura-temporal-del-mercado-modelo-de-chimbote

6 Gullón P, Díez J, Cainzos-Achirica M, Franco M, Bilal U. Social inequities in cardiovascular risk factors in women and men by autonomous regions in Spain. Gac Sanit. 2020;35:326–32.

7 Goenka S, Andersen LB. Our health is a function of where we live. Lancet [Internet]. 2016;387(10034):2168–70. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/S0140-6736(16)00348-2

8 Sallis JF, Cerin E, Conway TL, Adams MA, Frank LD, Pratt M, et al. Physical activity in relation to urban environments in 14 cities worldwide: A cross-sectional study. Lancet. 2016;387(10034):2207–17