Opinión

Los aniversarios de Piura (1532), Huánuco (1539) y Arequipa (1540)

Por Nicanor Domínguez

Historiador

Los aniversarios de Piura (1532), Huánuco (1539) y Arequipa (1540)

Hoy, domingo 15 de agosto de 2021, se cumplen tres cuatricentenarios en nuestro país, de las fundaciones de las ciudades de Piura, hace 489 años, Huánuco, hace 482 años, y Arequipa, hace 481 años. Aunque debido a la emergencia sanitaria causada por la pandemia del covid-19 no podrá celebrarse en grande estos aniversarios, es bueno recordar la fecha y entender el contexto histórico del siglo XVI en el que ocurrieron estas fundaciones.

La colonización española de América tuvo desde sus inicios una base urbana. Las ciudades fundadas en los nuevos territorios sirvieron tres propósitos fundamentales: (a) garantizar la autoridad del grupo conquistador sobre el territorio, evitando reclamos potenciales de otros grupos de conquistadores rivales; (b) asegurar el dominio sobre los recursos naturales y humanos de ese territorio, pues los primeros “vecinos” de las ciudades fueron los “encomenderos”; y, (c) servir de centro de colonización cultural, reproduciendo la forma de vida española en el Nuevo Mundo, incluyendo destacadamente la religión Católica.

La forma de los asentamientos urbanos españoles en América siguió un diseño que facilitaba la defensa militar: un plano en cuadrícula, con calles perpendiculares extendiéndose desde una plaza central de forma cuadrangular, como un “damero” o “tablero de ajedrez”. En torno a esta plaza central se construían los edificios públicos principales: (a) la casa de la autoridad española local, (b) el templo o iglesia, (c) la casa del organismo municipal que administraba el asentamiento, y (d) las casas de los vecinos más importantes.

Este diseño básico lo compartieron los tres tipos de asentamientos urbanos coloniales: a) las ciudades, fundadas en los Andes entre 1532 y 1550 por los conquistadores Pizarro, Almagro, o sus subordinados, o por órdenes del “pacificador” Gasca; reunían a los vecinos-encomenderos de la región de la que eran sede y tenían un “cabildo” o consejo municipal presidido anualmente por los dos (2) alcaldes (“alcaldes ordinarios”) elegidos tradicionalmente en la época colonial; b) las villas, fundadas por los virreyes del siglo XVI o inicios del siglo XVII para asentar pobladores españoles en valles agrícolas o centros mineros; sus vecinos no eran encomenderos, pero tenían un “cabildo” o consejo municipal; y, c) los pueblos de indios, fundados masivamente en la década de 1570 por órdenes del Virrey Toledo, y llamados “reducciones toledanas” porque los dispersos asentamientos indígenas prehispánicos fueron concentrados (“reducidos”) en estos nuevos asentamientos coloniales. Para supervisar estos pueblos de indios, el Virrey Toledo dividió el territorio andino en unas 50-60 provincias; cada una reunía unos 10-20 pueblos; como supervisor de cada provincia se nombró un “corregidor”, de ahí que las provincias también fueran llamadas “corregimientos”.

Las primeras ciudades fundadas en los Andes se ubicaron en zonas planas de valles y cerca de ríos, próximas a asentamientos indígenas y ocupando terrenos de uso agrícola previo; las ciudades costeras estuvieron cerca de un puerto marítimo. Algunas ciudades fueron reubicadas cuando los españoles se dieron cuenta de que el sitio inicial escogido era desventajoso. Eso ocurrió con las tres ciudades que hoy celebran su fundación: Piura fue trasladada tres veces, entre 1532 y 1588, hasta el lugar donde se ubica actualmente; lo mismo ocurrió con Huánuco, tres mudanzas entre 1539 y 1543; y dos veces con Arequipa, que había sido inicialmente asentada en el valle de Camaná en noviembre de 1539, el año anterior a su fundación definitiva, por el conquistador Garci Manuel de Carvajal, en el valle del río Chili y al pie del volcán Misti.

La primera ciudad fundada por la hueste conquistadora del gobernador Francisco Pizarro en 1532 fue llamada “San Miguel” y establecida en la zona de Tangarará, en el valle bajo del río Chira. En ese momento se encontraban en ruta hacia Cajamarca, donde tres meses después emboscarían y capturarían al Inca Atahualpa. En 1534 la ciudad de “San Miguel” fue trasladada de lugar por órdenes del socio de Pizarro, el adelantado Diego de Almagro, al valle medio del río Piura (cerca de Chulucanas, en el sector que aún lleva el nombre de “Piura la Vieja”). Esta es la ciudad de Piura que vio y describió el cronista Pedro Cieza de León en su ‘Crónica del Perú’ (Sevilla, 1553). En 1578 las lluvias del Fenómeno El Niño inundaron el área y forzaron a los habitantes a reubicarse en el litoral, en el puerto de Paita, que era llamado “San Francisco de la Buena Esperanza” de Paita. Una década después, por órdenes del virrey Conde del Villar, el corregidor Juan de Cadalso Salazar volvió a fundar la ciudad, esta vez en la localidad de Chilcal, en el curso bajo del río Piura. Coincidentemente, como con Pizarro en 1532, esta fundación definitiva también se realizó un 15 de agosto, pero del año 1588. El nombre oficial, en homenaje al virrey de turno, fue “San Miguel del Villar” de Piura.

En 1539 el conquistador Gómez de Alvarado, por orden de Pizarro, fundó la ciudad de “León de los Caballeros” de Huánuco. La primera ubicación fue en la ‘llacta’ o centro administrativo incaico de Huánuco Pampa o “Huánuco Viejo”. La ciudad fue casi inmediatamente abandonada por las “Guerras Civiles” entre conquistadores. Cuando amainó el conflicto, se decidió restablecer la fundación, pero se optó por una zona de menor altitud y clima más benigno, dado que Huánuco Pampa se ubica en una zona de puna, próxima a las nacientes del río Marañón. En 1541 se escogió el valle alto del río Huallaga. La reanudación de la guerra obligó nuevamente a despoblar la ciudad. Finalmente, e 1543, se estableció definitivamente la ciudad en su ubicación actual. El cronista Cieza describe ambas localidades, el sitio inca de Huánuco Pampa y la ciudad de Huánuco en el Huallaga.

Esperemos que el próximo año, con la situación de salubridad en el país ya bajo control, estas tres ciudades peruanas puedan celebrar en grande sus respectivos aniversarios.


Referencias:

  • CAPÍTULO LVII “De las provincias que hay de Tambo Blanco a la ciudad de San Miguel, primera población de cristianos españoles en el Perú, y de lo que hay que decir de los naturales de ellas” (p.167)
  • CAPÍTULO LVIII “En que se prosigue la historia hasta contar la fundación de la ciudad de San Miguel, y quién fue el fundador” (p.169)
  • CAPÍTULO LXXVI “De la fundación de la ciudad de Arequipa, cómo fue fundada, y quién fue su fundador” (p.206)
  • CAPÍTULO LXXIX, “Que trata la fundación de la ciudad de León de Guánuco, y quién fue el fundador de ella” (p.214)
  • CAPÍTULO LXXX, “Del asiento de esta ciudad, y de la fertilidad de sus campos, y costumbres de los naturales y de un hermoso aposento o palacio de Guánuco edificio de los Ingas” (p.215)

Cieza de León, Pedro de [1518-1554], La Crónica del Perú. El Señorío de los Incas (Edición de Franklin Pease G.Y.; Caracas: Biblioteca Ayacucho, 2005). < https://biblioteca.org.ar/libros/211665.pdf >