Opinión

La verdad es la primera víctima de la política

Por Pablo Najarro Carnero

Teólogo y docente

La verdad es la primera víctima de la políticaImagen: Elaboración Noticias SER

Con el perdón del maestro Esquilo quien escribió que “la verdad es la primera víctima de la guerra”, en el Perú del siglo XXI podríamos decir ahora que “la verdad es la primera víctima de la política”.

Esta elección, en la que deberíamos escuchar propuestas de solución de ambos candidatos; donde deberíamos esperar un debate intelectual de soluciones técnicas y que responda a las realidades que enfrentamos todos nosotros. Los grandes temas son hoy por hoy, no morir en la pandemia y tener dinero para comprar para el diario, tanto en la gente de clase media y baja, porque la gente de la clase alta (A y B, como le llaman las encuestadoras) tiene solucionado el problema. Y luego de la sobrevivencia, el tema que sigue es el educativo.

Pero nos hemos encontrado que el bando de nuestra derecha política – todavía hablamos de derecha o izquierda – van utilizando argumentos nada técnicos. Han recurrido a presentar como verdad, la mentira. No una, varias.

Uno puede ver el cinismo en su máxima expresión. Pueden decir, mirando a la cámara, no sé si a los ojos, mentiras tan grandes como una catedral. Pueden sumar a la mentira otra mentira complementando a la primera, sin asco ni pudor.

¿Qué nos está pasando como Perú? La moral no significa nada.

No se puede decir honestamente que la izquierda representada por Castillo mienta. El jefe de Perú Libre lo dice claramente – no concuerdo en su totalidad – pero lo dice.

Pero la derecha, en los tres partidos más representativos lo dice a cara pelada. Sin pestañear un poquito. Desde mis recuerdos de estudiar psicología me decían: “mira la cara del que miente” porque siempre tendrá un gesto en el rostro de saber que miente; pero aquí nada.

La máxima de Maquiavelo está en toda su expresión: El fin justifica los medios.

En el 2016 a Verónika Mendoza le sacaron que su padre era minero, cuando su padre extraía piedras. A la misma, le sacaron que era militante de Sendero, cuando ella nació justo el año que se inició la lucha armada (1980).

En el 2021 a Lescano le sacaron el chauvinismo no superado contra Chile, que curiosamente no lo usan contra la candidata en línea final (Fujimori). Hasta un asunto familiar, personal, salió como argumento para desmerecer a una persona.

Salió a reducir también el consabido comunismo horroroso – ya es un mantra – poniendo como modelo a Cuba y Venezuela. No se mencionan otros modelos de comunismo que han terminado como socialistas. Y claro, a la prosperidad económica se le llama capitalismo. Se ha difundido que ser socialista es andar en ojotas, sucio y sin estudios, más, vivir en una zona pobre de Lima, o en una invasión. Se entiende que un socialista no puede ir a curarse a una clínica, solo puede ir a una posta de pueblo joven. Que un socialista tenga propiedades ya no es socialista. Me recordó a una dama que decía que “campesino con celular, ya no es campesino”. Por ahí dirán que un socialista no va a un centro comercial a comprar, debería ir a una feria de productos propia de pueblo joven. Hasta cantar “Flor de retama” te hace militante de Sendero, según la particular interpretación de Leiva.

Se ha distorsionado el concepto del socialismo. Se dice que en un estado comunista – no se dice adrede, socialista – que las ganancias se reparten por igual. No es así. Se esconde que en China o Rusia, modelos del socialismo hoy, hay millonarios. No se dice que el dueño de un equipo de futbol en Inglaterra es un ruso: Roman Abramovich; el Chelsea para más señas. Que existe un chino llamado Jack Ma, que fundó una empresa de comercio electrónico en internet: Alibaba.

Nos hablan de dos modelos de comunismo, que curiosamente están bloqueados por EE.UU. De todo lo dicho, la mitad es contada por la candidata de doble nacionalidad. Y mucha gente, a través de los medios de ¿manipulación o comunicación? se ha comido el mensaje.

Preocupa que se llame “analista político” en los medios, a un claramente vocero de una propuesta política. Lastimosamente, el candidato “cajacho”, con su propuesta de un marxismo retrogrado, que ni China o Rusia practican, le da pábulo a la hija de Fujimori para que le mengue su posibilidad a la plaza Pizarro. No rompe con el dueño de quien le prestó el kiosko. Cerrón es el mal ejemplo de un pensamiento e ideología comunista superada. No se enteró que el muro de Berlín ya cayó. El modelo económico que propone – Cerrón – ya está superado. Incluso el modelo boliviano – mencionado por él – es mixto, con la suma del capital económico privado. Muchas empresas privadas funcionan allá bajo el modelo económico y sin problemas.

No entiendo cómo es que Fujimori insiste en que el modelo económico, fundado en la Constitución creada por su padre, diciendo que es exitoso. La pobreza es galopante. Los cerros de Lima son testigos.

Lástima que no sepamos escuchar propuestas serias. Al final del debate en Chota, derivó en propuestas populistas e imposibles de ambos lados.

De hecho, las propuestas radicales de Castillo tienen que preocupar a quienes viven de la Constitución del 93 que los favorece. Lo hemos vivido en esta pandemia. El que justo tenía el poder del oxígeno lo podía vender a diez veces más y no pasaba nada. Por ahí van las pastillas y clínicas.

Creo que todos esperamos un cambio radical en la economía, en lo social y en lo educativo, donde la prosperidad llegue a todos.

Quien dé respuesta a toda esa problemática, en junio tendrá el voto ganado.