La maternidad en el Perú: una agenda urgente
Mujeres feministas, diversas y de izquierda
En 1997, cuando Serafina tenía 34 años le practicaron una operación de ligadura de trompas sin su autorización, durante la operación la declararon muerta y la trasladaron a una morgue en un hospital de Cusco. Pero Serafina no estaba muerta y viviría para contar su terrible experiencia.
Como Serafina, miles de mujeres fueron esterilizadas sin su conocimiento ni consentimiento durante el gobierno de Alberto Fujimori. La política de Estado con su Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar se fundamentó en el racismo y la discriminación. Más de 270 mil mujeres y 22 mil hombres, en su mayoría de comunidades indígenas quechua y de familias con pocos recursos económicos, fueron esterilizadas entre 1996 y 2001, según el Ministerio de Salud. La erradicación de la pobreza entonces, no se basaba en un mejor acceso a la educación de todas las personas en el país, sino en un plan para terminar con las personas más pobres.
Pero así como el Estado le prohíbe a algunas personas ser madres a otras les exige serlo, incluso cuando estas hayan sido violadas, esperen el hijo de un abusador o simplemente no quieran maternar. Según la Organización Mundial de la Salud, un millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año. Además, está comprobado a nivel mundial que las personas abortan, con o sin las condiciones de salubridad adecuadas, solo entre 2015 y 2019 hubo 73,3 millones de abortos provocados.
Es así que las experiencias que rodean a las mujeres son muy distintas y reconocerlas fortalece nuestro feminismo. El componente de raza, clase, género, etnia, etc. hace de nuestras vivencias y denuncias una colectividad más resistente. Es urgente que reconozcamos a las mujeres y diversidades con capacidad de gestar, el derecho a hacerlo en plena libertad, no por mandato ni por imposición (explícita o no). La maternidad es una elección muy personal que implica tomar conciencia del rol de cuidados que implica e impactos en el cuerpo, la vida personal y social. La corresponsabilidad de la sociedad con cuidar y proteger estos derechos, implica una reivindicación a la diversidad de maternidades que tenemos en el país.
Por eso, es vital reducir la invisibilización del impacto en la salud y calidad de vida durante el tiempo de gestación, lo que acontece luego del parto; así como el tiempo que se dedica a los cuidados. La gestación no deseada, la violencia obstétrica, las desigualdades y estigmas en los roles del cuidado, la invisibilización de la madre también como ser humano con necesidades e intereses propios, etc.; normaliza violentar las maternidades. Por ello, es indispensable generar una transformación social por una crianza igualitaria, humanizada y de constante aprendizaje.
Nosotras apostamos por incentivar el maternar en colectivo, con otras mujeres, con la sociedad, generar espacios de encuentro, acompañamiento, reconocer y poner al centro nuestro derecho a cuidar. Esto garantiza tener una ciudadanía que materna más satisfecha, plena, consciente de sus decisiones y reconociendo su aporte al país. Desde el Estado, con incidencia de la ciudadanía, se hace indispensable pelear por la implementación de una Política de Cuidados y universalizar los servicios que pueda brindar.
Fuentes: https://mujeresbacanas.com/esperanza-huayama-1956/
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/adolescent-pregnancy
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/preventing-unsafe-abortion
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-56243650
https://verne.elpais.com/verne/2020/01/19/articulo/1579427716_072030.html