Opinión

José Saramago y la Copa del Mundo

Por Victor Liza

Escritor y periodista

José Saramago y la Copa del MundoComposición: Noticias SER

El 16 de noviembre se cumplieron cien años del nacimiento de José Saramago. Los homenajes al escritor portugués ya se realizaban desde el año pasado, gracias a la Fundación que lleva su nombre, en los que ha contribuido el propio Estado y otros sectores culturales del país. El centenario del único Premio Nobel de Literatura en lengua de Fernando Pessoa, se merecía este despliegue de actos celebratorios.

Pero el nombre de Saramago no ha sido tendencia solo por su centenario. Cuando la aparición del coronavirus se tornó pandemia en marzo del 2020, el diario El País de España informó que Ensayo sobre la ceguera (1995), una de sus obras más notables, “ha vuelto a ser un fenómeno literario en Italia”, país que comenzaba a registrar miles de muertes diarias. En la nota se mencionaba que el libro había experimentado “un aumento de un 180% de las ventas”.

Ensayo sobre la ceguera da cuenta de una pandemia de ceguera blanca que ataca a todo el mundo, excepto a la mujer de un médico que debe hacerse cargo de los afectados, quienes deben someterse a una cuarentena, algo que ahora parece lejano e inútil. Saramago decía que esta novela “plasmaba, criticaba y desenmascaraba a una sociedad podrida y desencajada”.

Además de Ensayo sobre la ceguera, otra novela de Saramago que también se acerca a la experiencia de la pandemia y la supervivencia humana es Las intermitencias de la muerte (2005). En un país sin nombre, todos dejan de morir. La alegría será pasajera. El sistema de salud se satura porque los enfermos terminales siguen vivos y ya no hay espacio para otros pacientes. Las funerarias piden apoyo al gobierno, pues ya no hay entierros. La iglesia católica también expresa su preocupación: los sacerdotes ya no pueden oficiar misas de difunto. Algunos cruzan la frontera para que los agonizantes puedan morirse. Esto genera problemas diplomáticos con un país vecino, también sin nombre. Se produce un contrabando de cuerpos de enfermos terminales para que salgan por la frontera. Esto será controlado con vigilancia en los límites.

No podemos saber si Saramago vislumbró una situación como la que hemos vivido durante dos años. Pero su imaginación no estuvo muy lejos de la realidad futura. Podemos deducir de su lógica que la deshumanización del mundo podría producir un nuevo comienzo. Acaso pensaba en la frase atribuida a Albert Einstein: “No sé con qué armas se peleará la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con palos y piedras”.

La pandemia “profetizada” por Saramago está agonizante. Y con las justas, tendremos una nueva Copa del Mundo. Por coincidencia, el Nobel de Literatura 1998 falleció mientras se disputaba la de Sudáfrica, hace doce años. En aquel país, como ahora en Catar, el costo de organizarla fue muy alto.

Saramago murió el 18 de junio de 2010, a los 87 años. Tres días después, la Selección de fútbol de Portugal enfrentó a su similar de Corea del Norte por la Copa del Mundo de Sudáfrica. Los futbolistas lusos salieron a la cancha de Ciudad del Cabo con brazaletes de color negro, en señal de duelo por la pérdida del escritor. La FIFA de Joseph Blatter solo permitió que los usen cuando se entonaban los himnos y no durante el partido.

Los portugueses ya habían jugado contra los norcoreanos en 1966, cuando en los cuartos de final vencieron por 5-3, tras ir cayendo tres a cero. Cuatro goles consecutivos del gran Eusébio, nacido en Mozambique, fueron claves para la remontada.

El primer tiempo fue complicado para Portugal. En medio de una lluvia incesante, solo anotaron un gol e incluso pasaron apuros en su área grande. El fantasma de 1966 rondaba. Eusébio, presente en las tribunas, observaba con paciencia el juego.

Pero en el segundo tiempo, junto a la lluvia desatada en Ciudad del Cabo, llegó la lluvia de goles. El partido acabó siete a cero a favor de Portugal. Desde su asiento en el estadio, Eusébio asentía con el pulgar hacia arriba. Y desde el más allá, José Saramago, que no era muy futbolero pero que tampoco odiaba este deporte, seguro estaba complacido de que esa goleada ponga las cosas en su sitio ante la FIFA de Blatter.

No sabemos si Portugal ganará la Copa del Mundo por primera vez. Con la interna de la selección enrarecida, tras las declaraciones de Cristiano Ronaldo sobre sus conflictos en el Manchester United, será más difícil. Pero no hay de qué preocuparse: Saramago ya puso en alto el nombre de Portugal hace tiempo.