Entrevista

Jefrey Gamarra: "Castillo no es prisionero de Cerrón ni víctima de las circunstancias políticas de Perú Libre"

Por Omar Rosel

Corresponsal en Ayacucho

Jefrey Gamarra: "Castillo no es prisionero de Cerrón ni víctima de las circunstancias políticas de Perú Libre"Foto: Noticias SER

Tras la toma de mando del Presidente Pedro Castillo, se ha instalado de forma rápida el discurso de la vacancia, que proviene de integrantes de bancadas congresales de la derecha. Los cuestionamientos apuntan al Premier Guido Bellido -por sus acusaciones de apología al terrorismo-, a ministros a quienes se vincula a MOVADEF o a quienes se rechaza por sus conflictos de interés. Para conversar sobre este tema Noticias SER entrevistó a Jefrey Gamarra Carrillo, historiador, docente de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga y analista político.

¿Qué relevancia tiene que el Presidente Pedro Castillo haya realizado una juramentación simbólica en las Pampas de Ayacucho?

Cuando uno analiza el simbolismo, uno también tiene que pensar en las estructuras mentales que están detrás. Haciendo una interpretación, la Pampa de Ayacucho no es solamente el Bicentenario. Hay espacios en el Perú, hay paisajes que se convierten en espacios representativos, en este caso la Pampa de Ayacucho, que es un espacio que de por sí simboliza los 200 años de independencia. Pero, hay un detalle que es importante señalar: el Presidente Castillo viene del norte, una zona del Perú que prácticamente no habla el quechua; [Castillo] encarnaría un Perú que ha dejado de ser quechua hablante y llega a Ayacucho, que es una especie de frontera respecto a un sur peruano que es quechua hablante. La Pampa de Ayacucho es algo así como una frontera cultural, entre un quechua del sur frente a un norte cajamarquino que no habla quechua. Este es un detalle importante a tomar en cuenta, el límite del sur peruano es justamente Ayacucho.

¿Cómo calificaría al gabinete Bellido, considerando la forma como fueron designados los ministros, sus antecedentes y las críticas hacia ellos?

El gabinete expresa una especie de acuerdo entre el dueño del Perú Libre, que es Vladimir Cerrón y el grupo más ligado al Presidente Pedro Castillo. No es como se anda diciendo, que Castillo es una especie de prisionero de Vladimir Cerrón. Yo diría más bien que hay acuerdos que no se conocen, quizás en algún momento se conocerán, donde ha habido una especie de negociación. Me atrevería a usar incluso la palabra “cuoteo”, en el sentido de cuánto pones tú y cuánto pongo yo, cuántos ministros pones tú y cuántos pongo yo. Castillo no es prisionero de Cerrón” ni víctima de las circunstancias políticas de Perú Libre.

¿Era previsible la propuesta de vacancia presidencial?

Era predecible. Con la campaña electoral sumamente polarizada que hemos tenido no se esperaría otra cosa que el planteamiento rápido de vacancia. El asunto es entender cuál será la acción de una, diría yo, improbable negociación entre la oposición y las fuerzas que apoyan a Castillo en el Congreso.

¿Se podría afirmar que el gobierno de Pedro Castillo ha optado por usar el conflicto y la confrontación como arma política?

Si uno se pone en la lógica de los marxistas-leninistas, es como agudizar las contradicciones. Desde esa lógica, probablemente la respuesta es sí. Pero lo que creo yo es que esto es parte de un acuerdo entre Castillo, su grupo, y Vladimir Cerrón. El gabinete es producto de una negociación, no necesariamente un cálculo basado en esa lógica marxista-leninista de agudizar las contradicciones.

Si la designación del Gabinete Bellido y del mismo Premier es parte de este cuoteo entre Cerrón y Castillo, ¿cómo queda la intención de generar cambios, que propusieron en la campaña?

La posibilidad de cambios profundos están presentes dentro de un programa político y dentro de lo que podríamos denominar un discurso oculto o no conocido. Pero no veo que eso se vaya a convertir en cambios profundos, porque no hay las condiciones. La lectura que los sectores más radicales de la izquierda tienen de la sociedad peruana no corresponde a las condiciones actuales del país, empezando nada más por el hecho que mucha gente en el proceso electoral anterior pudo haber votado por Keiko Fujimori, pero esta vez ha cambiado y ha votado por Perú Libre. Eso no significa lealtades programáticas. Esas cosas no están siendo tomadas en cuenta.

¿Se va configurando una tensión permanente de un Congreso buscando vacar a Castillo y del otro lado de un Ejecutivo buscando disolver el Parlamento?

Es probable, porque la polarización no ha terminado y mientras no se resuelva, al interior del Congreso siempre habrá esta especie de juegos, de intentos de emboscadas, que tienen que ver más con la política al interior del Congreso tal como lo conocemos, con negociaciones bajo la mesa y acuerdos que muchas veces no tienen que ver siquiera con intereses partidarios o programas políticos, sino simplemente con cálculos inmediatos de favorecer a alguien, a un grupo o conseguir prebendas.

¿A que nos llevará el nombramiento de ministros con poca experiencia y algunos con claros conflictos de interés?

Eso puede llevar a decisiones muchas veces drásticas, una vacancia o algo que nadie quiere o desea, un golpe de estado, o sea algo que termina destruyendo la democracia en el país. Es algo que las fuerzas que están en el Congreso en este momento, tienen que pensar… pero como he dicho, los cálculos muchas veces no son políticos, sino de intereses inmediatos grupales. La situación es muy compleja en este momento y es bien difícil anticipar un desenlace de esta situación de crisis, que no ha terminado.

Tal como se pinta el escenario ¿la Asamblea Constituyente resulta casi un sueño?

Difícil llevar una Asamblea Constituyente, o sea una cosa es insistir, convertir eso en un caballito de batalla, para usar una expresión de la izquierda sesentera, en un mantra… Por lo menos a corto plazo es bien difícil. Yo creo que, en el fondo, ni siquiera varios de los actores políticos de Perú Libre quieren una nueva constitución, salvo por el deseo de perpetuarse en el poder.