Opinión

Generales de bastón y vara

Por Pablo Najarro Carnero

Teólogo y docente

Generales de bastón y varaFoto: Flickr Presidencia

En estos días ha salido a relucir una mal llamada autonomía y “respeto” a las Fuerzas Armadas. Este subyace una velada autonomía que el sistema político les ha dado adrede. Esta autonomía concedida por congresos anteriores no es gratuita.

Esto de #conmisascensosnotemetas promovido por los últimos congresos y los políticos que defienden el sistema neoliberal tiene su beneficio reciproco. Las FF.AA. se comprometen, como consigna, a no permitir un gobierno de izquierda, que para ellos huela a comunista y terrorista. Se les ha restañado hasta la saciedad en todas las escuelas de formación que el terrorismo mató a muchos de sus hermanos. Que defendieron la democracia. Así que, si se le da el tufillo de “terruco” o filoterrorista o mejor aún un nexo que lo vincule a Sendero Luminoso, un militar tiene que sentirse en obligación moral ineludible a derrocar al presidente que ello represente. Por ello muchos congresistas y ex oficiales han invocado a que los tanques rueden en las calles de Lima. Para no parecer anti democráticos y chocar con el pueblo, lo harán vía una vacancia que van cocinando a fuego lento con condimentos del mismo gobierno de Castillo.

A cambio, las FF.AA. viven en una semi autarquía. Todo el dinero que el estado les asigna es manejado por ellos sin mayor control. Cada una de ellas tiene sus propios hospitales; colegios; justicia que los abstrae del poder civil. Eso de que #conmisascensosnotemetas y que los ascensos son “en estricto orden de méritos” es a oídos de ellos mismos, una risa de lo más cachosa posible. Todos saben que para ascender hay que tener “vara” y ella lleva anexa un apellido. Que si no la tienes sólo llegas a la plana menor.

El hecho de que se hayan sentido ofendidos por el – supuesto – pedido del presidente por interpósita persona para algún ascenso es de los más risible. Cualquier militar lo sabe. Yo lo he sido.

Que tengan chipeada la consiga y que justo alguien del gobierno de turno se lo haya pedido, y siendo de Castillo, los generales, que no tienen derecho a opinar, sólo a cumplir las órdenes sin dudas ni murmuraciones, hallan respaldo en los oficiales que ahora han llegado al congreso. No hay duda que estos oficiales responden a consignas de los partidos de nuestra derecha política. Es increíble que un general en plena entrega de mando pueda dar un discurso de disconformidad a su relevo. Ese señor debió ser interrumpido y no menos sancionado. Ahora los medios súbditos a la mafia política les dan tribuna a estos generales para que se explayen sobre la situación de su retiro.

Desde el gobierno de Fujimori, en todas las FF.AA. y policía han ingresado a sus escuelas de oficiales, cadetes, sabiendo a quien le deben su situación de vida. Saben que cuando se les pida, deberán actuar. Obviamente desde 1990 a la fecha, muchos ya son coroneles o generales. Y siguen entrando. Los pocos provincianos que ingresen no pasarán del grado de mayor. Salvo apellido y vara respectiva.

Esta estructura de poder debe cambiar. Las FF.AA. no deben ser autónomas. Repito, no son un estado dentro de otro como de facto lo son. El nivel de corrupción al interior para los oficiales generales superiores es sabido. El poder económico y material que terminan teniendo al culminar su vida militar es ostentoso.

No hay duda que este congreso y los anteriores, y menos el grupo empresarial que concentra casi todos los medios de comunicación, la prensa escrita, radio y TV, no tocarán ésta sucia estructura que se convierte de facto en el cuarto poder del estado. Ningún otro poder del estado puede tocar a un integrante de las FF.AA. sin que pase por su comandante general. Tienen el paraguas de la autonomía, salvo delitos comunes. Pero en su fuero militar hacen y deshacen como quieren. Recordemos al pobrecito de Hermoza en el conflicto del Cenépa. La lista de generales presos del gobierno de Fujimori por los manejos económicos no es poca. Los generales Donayre y Astudillo y la gasolina. El PNP Vildoso y las mascarillas. Todos esos tienen hacia abajo a coroneles, comandantes llagando hasta el último pinche alférez en el hilo de la corrupción. Sin olvidar que en el gobierno de Fujimori muchos que firmaron el acta de sujeción, hoy claman por una autonomía frente al poder civil, pero que se sienten cómodos y honorables de hacerlo ante un dictador. Y para no desentonar, son ahora congresistas militares con ropaje civil para que desde los partidos que los escudaron, antes en su trinchera militar puedan hoy alzar su desencajada voz en esta democracia imperfecta.