Informe

El quechua y la ingeniería Inka

Por Carlos Flores Lizana

Antropólogo y Profesor

El quechua y la ingeniería InkaFoto: Andina

El tema es realmente bello porque una de las expresiones más acabadas de nuestra cultura es la ingeniería expresada en tantísimos recursos o patrimonio arqueológico existente a lo largo y ancho de nuestro hermoso país. Una de las razones para abordar este tema es hacer notar que la ingeniería especialmente la arquitectura y la hidráulica, están pensadas en estrecha relación con una sociedad considerada como una de las civilizaciones que más ha aportado a la alimentación del mundo. En su gran mayoría, las construcciones más importantes de nuestro pasado estuvieron pensadas para el desarrollo y manejo de la agricultura, la conservación y consumo de alimentos, y otros aspectos relacionados. Es de mucha importancia comprender que una cultura es un conjunto de conocimientos, tecnologías, valores, maneras de sentir, legislar y expresarse, etc., de manera integral. En el fondo se puede considerar a la cultura como una manera de estar en el mundo, de transformarlo, de relacionarse con él como sociedad.

Los descubrimientos arqueológicos de los últimos años consideran a la cultura Inka como el punto de mayor desarrollo de nuestra civilización, que expresa muchísimos logros de etnias y culturas previas como las de Caral, Paracas, Chavín, Tiawanaku, Wari, y tantas otras que fueron la cuna de una de las civilizaciones más importantes del mundo. Detrás de todas esas culturas, hay cientos o miles de conocimientos pero, sobre todo, están las personas y colectivos que se organizaron, atesoraron y transmitieron todo ese saber.

Asimismo, es importante señalar que la cultura Inka fue una civilización que supo articular espacios verticales y complementar los diversos ecosistemas de costa, sierra y selva para asegurar la alimentación de sus habitantes, tejiendo una red de caminos y construcciones de verdadero rendimiento sostenible y en armonía con la naturaleza. Adecuó su tecnología de acuerdo a los materiales de los que disponía y previno desastres naturales y movimientos telúricos propios del Perú, hecho que admira a investigadores de de la arquitectura, urbanística, agricultura, genética, y otras ciencias modernas como la geodesia, el pronóstico de sismos, la genética, la biología, etc.

NS_20211010c4

Alguien dijo que el “Perú vive más de su pasado que de su presente”, en el sentido de que algunos recursos son la fuente de muchas divisas que entran por el turismo: Machupicchu; Cusco como ciudad prehispánica; el Khapaq Ñan; Caral, El señor de Sipán, Las Líneas de Nazca, El gran Pajatén, el Valle del Colca, etc.

Hablar y reflexionar sobre la arquitectura es hablar de matemáticas, arte, urbanística, planificación y ejecución de obras pensadas, revisadas, ejecutadas y mantenidas. Hablar de todo ello, a su vez, supone observación meteorológica, previsión de riesgos de movimientos de tierra y aguas, lluvias y heladas, nevadas y granizo, aves migratorias, plantas endémicas, domesticación de plantas y animales para el consumo humano en forma de alimentos como para uso médico y ritual, etc.

Pero como el tema de este artículo es sobre el quechua, detrás de todas estas obras que felizmente todavía observamos y usamos, hay un vocabulario para expresar cientos de conceptos y sustantivos, lo que nos hace preguntarnos por ejemplo ¿Cuál fue la unidad matemática para hacer las construcciones del Quricancha, Saqsaywaman, Ollantaytambo, Tipon, Pisaq y, sobre todo, Machupicchu? De igual forma surge la pregunta sobre los términos precisos para indicar las razones por las cuales se usó determinado tipo de piedra para un desarrollo arquitectónico. Igualmente hay mucho por investigar en este campo ya que los peruanos que hicieron todas estas obras manejaron cientos de términos precisos para sus herramientas, tipos de puertas, hornacinas, canales, puentes, etc.

Llama la atención que en los documentos consultados para escribir este artículo, no se encontró que haya existido mucho interés por recoger vocabulario relacionado a este campo del saber cómo es la matemática, astronomía, arquitectura, hidráulica, agricultura, medicina etc. Probablemente, el motivo principal se debe a que los autores de estos manuales, diccionarios y otros trabajos de recolección de la lengua, fueron religiosos o funcionarios preocupados más por la evangelización y el sometimiento social y económico de la población. Existe la posibilidad, igualmente, que la ciencia andina estuvo muy impregnada de su cosmovisión y sus ritos religiosos, y por tanto fueron vistos por los evangelizadores como obra del demonio. La preocupación de los conquistadores y su etnocentrismo, miope y racista, no les permitió valorar la importancia del conocimiento en temas como la agricultura, la arquitectura, la hidráulica, y la matemática. Uno de los pocos investigadores en este sentido fue el obispo de Trujillo, Martínez de Compañón, quien desde el año 1700 en adelante, hizo una recolección de aves de la zona norte del Perú y cientos de datos de una etnografía importantísima para nuestra historia y el conocimiento. Fue recién en el siglo XIX, que americanistas como Raimondi y Humboldt hacen un trabajo científico, que es necesario continuar.

Después de observar todo este conjunto de monumentos urbanos, agrícolas, militares, religiosos, viales y de otros fines y tipos, se encuentra que la piedra es el elemento dominante. Fue una civilización lítica, en toda la extensión del término, que logró un enorme nivel en todo lo que lograron hacer. Al igual que los mayas o los aztecas, la piedra es fundamental para valorar los logros de los inkas en los terrenos señalados. Fueron unos expertos en el conocimiento de su geografía, observadores permanentes de la naturaleza en sus ritmos y ciclos vitales, de los peligros y de sus crisis, así como de sus múltiples recursos.

El ingeniero hidrólogo norteamericano Kenneth Wright, en colaboración con el arqueólogo cusqueño Astete, después de diez años de investigaciones sobre cómo se construyó Machupicchu, señalan que el trabajo previo a la construcción de la ciudadela es más importante e impresiona más que la propia ciudad.

Los ingenieros inkas tuvieron que hacer miles de trabajos de mampostería para asegurar que no se venga abajo toda la montaña, por los niveles de agua que soporta en la temporada de lluvias. Según estos investigadores, la ciudad tuvo, aproximadamente, una población de mil habitantes, que tuvo asegurado el suministro de agua para beber y regar las terrazas destinadas a la agricultura. Machupicchu tiene 16 fuentes de agua para consumo humano y cientos de canales o tecnología que aseguraban el drenaje correcto de las aguas pluviales sin que dañe la ciudad misma y los andenes destinados a la agricultura. Los diseñadores de esta ciudad tuvieron que salvar dos fallas geológicas que la ponían en riesgo, tener una fuente de agua segura para el consumo humano y, también, una cantera de donde proveerse piedra de granito para la construcción. No se habla de tiempos, de herramientas, de instrumentos de medición e infinidad de elementos necesarios para el diseño de una ciudad. Los retos técnicos que tuvieron que superar son múltiples y se admiran en todo el mundo.

En la construcción de puentes de piedra existe uno que llama mucho la atención; se trata del puente Huarautambo, en el distrito de Yanahuanca, departamento de Pasco, con sus 17 ventanas trapezoidales o desfogues para controlar perfectamente el volumen de agua que lleva durante todo el año, pero en especial en el tiempo de lluvias. Se considera que este puente también es obra del inka Pachakuteq, igual que Machupicchu; para construirlo los ingenieros inkas tuvieron que desplazar el cauce del rio para ir colocando cada uno de los bloques; igualmente, diseñaron las ventanas trapezoidales para el curso del agua, hicieron cálculos de su volumen y velocidad, y lo diseñaron curvo, precisamente para que resista mejor la fuerza del agua, etc. Está tan bien construido que tiene más de 500 años y sigue en pie, funcionando perfectamente, a pesar de los sismos y millones de metros cúbicos de agua que lo surcan. Junto a esta maravillosa obra, están las construcciones de Incawasi, Warmiwasi y Phaqcha, esta última, entendida como un altar ceremonial, dirigida al agua como ser divino. Se sabe que tuvieron conocimiento y manejo de los llamados vasos comunicantes y los utilizaron para sus obras hidráulicas.

NS_20211010c1

El otro lugar maravilloso donde los inkas demostraron ser muy hábiles se encuentra en la llamada “universidad del agua” que es Tipon, muy cerca de la ciudad del Cusco, en las faldas del monte Pachatusan, donde se puede apreciar las captaciones de manantiales, canales de conducción de agua con puentes y, finalmente, la distribución proporcional para todos los andenes de cultivo. Para la fabricación de las “cajas de distribución”, tallaron perfectamente las piedras y lograron en sus junturas una perfecta impermeabilidad para no perder nada de agua.

Queda mucho por investigar en el terreno de la tecnología empleada para la construcción, por ejemplo, los tipos de herramientas que fueron utilizadas para hacer los cortes de la piedra utilizada, los tipos de pulimento hechos para el encaje correcto de los bloques según su tamaño y peso. Asimismo, hasta ahora nos preguntamos ¿Cómo fueron trasladados muchos bloques que parecen imposibles de moverse por su forma y peso? ¿Qué tipo de técnicas usaron para subir y colocar bloques tan grandes en sitios tan difíciles de colocar? ¿Cómo aseguraban las puertas y ventanas, techos y demás recursos técnicos para vivir? Queda mucho por investigar sobre el manejo de las excretas humanas, plagas, enfermedades, etc.

Es preciso mencionar, igualmente, que la agricultura y la ganadería o actividad pecuaria tienen que ver con la observación meteorológica y astronómica, con el movimiento de las estaciones y las características propias de un territorio que tiene casi todos los nichos ecológicos del planeta. Estas características han hecho que las formas y tiempos de la producción sean tan variadas, de acuerdo a los niveles donde se ubicaron las poblaciones en los momentos históricos de su desarrollo. Luego de esta evidencia de observación, es preciso señalar que crearon cientos de tipos de herramientas y formas de conservación y consumo de los alimentos. Sobre este particular es importante decir que en la ciudad del Cusco, con el esfuerzo sostenido de un ciudadano, se inauguró el museo de la chaquitaclla, (tirapie andino) en el que se exponen más de 200 tipos de esta herramienta fundamental para la mejora de la producción agrícola en los distintos tipos de suelos en los que hicieron agricultura los antiguos peruanos.

NS_20211010c2

Es impresionante reflexionar sobre la cantidad de variedades de papa, maíz, kinwa, kiwicha, ollucos, etc., que la civilización peruana ha dado al mundo. También es preciso mencionar las hortalizas y la herbolaria andina. Todo este riquísimo aporte al mundo tuvo cientos de personas y familias que experimentaron, domesticaron, seleccionaron e intercambiaron. Detrás de todo este inmenso patrimonio cultural está el lenguaje, los nombres de cada variedad de papas y otros productos o bienes alimenticios. Mucho de este vocabulario está perdido o se encuentra disperso y muy poco valorado por la sociedad peruana, salvo honrosas excepciones.

El espacio andino peruano, como el de otros países hermanos, que tienen condiciones semejantes, es uno de los espacios donde se han domesticado más plantas y animales para bien de la humanidad. No solo se hizo observación, manejo de los climas y condiciones geológicas, sino que también se fabricaron herramientas y se desarrollaron tecnologías apropiadas para producir y conservar lo que se producía. Se inventaron muchas maneras de hacer surcos, de manejar la humedad, escasa o abundante, evitar la erosión, aprovechar las avenidas de agua con limo productivo, prevenir las heladas y el granizo, evitar las plagas, etc. Hicieron selección de semillas y aclimatación de las mismas para mejorar su calidad y cantidad. Aprendieron a abonar con diversos elementos, siempre pensando y relacionándose con la naturaleza de manera respetuosa y armónica. Crearon prácticas de rotación y mejoramiento de tierras, cultivo de plantas que nitrogenaran los suelos, usaron insecticidas naturales para controlar plagas, etc. De igual manera, experimentaron formas de traslado de alimentos, su conservación, consumo e intercambio. Todas esas exitosas formas de manipular y consumir lo que producían se mantienen, de alguna forma, en la producción andina familiar actual. Como ya se mencionó, cada uno de estos descubrimientos y manejo de la producción estuvo codificado en lenguaje oral y escrito en los kipus, evidenciado científicamente, lo que representa un enorme orgullo para el país.

El congreso peruano aprobó la ley N° 30355 que protege y promueve la producción familiar campesina andina y amazónica. En parte, esto responde a la comprobación de la importancia de la familia, en especial de la mujer campesina, en la política de reactivación y producción alimentaria del país. Esta manera de valorar la cultura y su aporte está encaminado a lograr su conservación y promoción de la economía andina nacional como política de una soberanía y economía sostenible.

NS_20211010c3

Como se puede apreciar con claridad a la agricultura, a la actividad pecuaria con los camélidos sudamericanos, y a las formas de conservación, consumo y comercialización, les corresponden formas sociales de organización. A este nivel de análisis más tecnológico le corresponde una cultura, donde estén incluidos, además, la religión, el derecho, la estética, la política y, evidentemente, el lenguaje.

Finalmente, es preciso mencionar que hace falta recuperar todo un conjunto de términos quechuas y de otras lenguas con los que se codificaron esos cientos de conocimientos y tecnologías que usaron, y que todavía usan, las comunidades campesinas y sus familias. Llama la atención el poco valor que las facultades de agronomía, zootecnia, arquitectura, urbanística, biología, industrias alimentarias, hidráulica, medicina, nutrición, etc., han dado a estos conocimientos en la formación de sus alumnos. Muchas facultades ponen más énfasis en la enseñanza de idiomas extranjeros y de tecnología moderna aplicada a la agricultura que en conocer los productos andinos y saber la tecnología que usaron. De esta forma se entiende la cantidad de errores que tienen los profesionales a la hora de diseñar políticas.

La sabiduría andina Inka es muy grande y abarca un conocimiento muy preciso de mundo cósmico, de las estaciones del año, de los fenómenos naturales como las lluvias, vientos, tormentas, altas o bajas temperaturas, plagas de insectos y aves, y todo lo relacionado con el cultivo de las plantas y la crianza de los animales domesticados. Lo mismo se puede decir de la forma en que definieron el ciclo de crianza y la reproducción de los animales mayores y menores que supieron domesticar para beneficio de su sociedad, así como la identificación de las enfermedades que ponían en riesgo su procreación y buena producción.

En los diccionarios que se revisaron para escribir este artículo, como mencione antes se nota que no fue valorado suficientemente el vocabulario relacionado con todo este conocimiento práctico. A continuación se señalan algunos ejemplos de lo que queda del vocabulario matemático y arquitectónico:

Linea recta: Siuq seq’e

Linea oblicua: k’irasqa seq’e

Zigzag: Q’enqo q’enqo

Linea vertical: Sayaq seq’e

Linea indefinida: Seq’e

Semi circulo: Kuska muyu

Triangulo: Kimsa k’uchu

Cuadrado: Tawa k’uchu

Rectángulo: Wasq’a

Ovoide: Lunp’u

Circulo: Muyu

Al revisar los diccionarios más antiguos, tampoco se encuentra mucho interés por registrar terminología relacionada con la arquitectura, la hidráulica y otros campos relacionados con la ciencia físico-matemática.

Para terminar es importante mencionar que el rio Vilcanota, que nace en un lugar llamado La Raya y que hoy hace frontera natural entre los departamentos de Cusco y Puno, es una de las muestras más grandiosas de la arquitectura hidráulica. En un recorrido de este valle, desde Huambutio (en el Cusco) hasta La Raya y desde este punto hasta Machupicchu, se puede comprobar que, casi en su totalidad, este rio sagrado, fue canalizado con muros que hicieron que no se desbordara en los años de mayor lluvia y que todavía funcionan Está cruzado por decenas de puentes de diverso tipo porque los arquitectos inkas supieron crear formas de controlar las aguas y hacer que fueran seguros para los caminantes. Fueron colocados en los lugares que consideraron necesarios y estratégicos. Hasta el presente se observan las cabezas de puente donde estuvieron amarrados los puentes colgantes o queshwa chaka, puentes tejidos con sogas de paja brava o paja ichu, capaces de resistir a las caravanas de llamas cargadas y de las personas que circulaban por esos lugares. Por todo ello, la obra de canalización del rio Vilcanota está considerada a la misma altura que las obras construidas por los egipcios en el rio Nilo o los babilonios en Mesopotamia.

Un experto en el tema, el cartógrafo y maquetista Iván Flores L., señala que el 80 % de los canales y andenes que se hicieron en el famoso Valle del Colca, en Arequipa, funcionan hasta la fecha, esta obra la realizaron dos etnias preincas los Cavanas y los Collawas. Con todo esto queda demostrada la gran capacidad de observación y diseño de los canales y la captación de fuentes o puqyukuna. Detrás de tales obras se encuentran conocimientos tales como el tallado de las piedras, el diseño y construcción de puentes o acueductos para salvar las quebradas y la identifidación de otros problemas geológicos y lograr su solución.

Para terminar contaremos un hecho real que sucedió en el CADEP José María Arguedas del Cusco. Esta institución estaba empeñada en ayudar a varias comunidades campesinas del distrito de Limatambo, provincia de Anta, Cusco, con la finalidad de mejorar sus canales de riego y, por lo tanto, mejorar su producción agropecuaria. En dicha tarea, la institución consiguió el apoyo de expertos en hidráulica de nacionalidad holandesa. Como es sabido, los ingenieros holandeses son expertos en el manejo de aguas. El experto vino al Perú y lo primero que hizo fue estudiar las obras hidráulicas prehispánicas del Perú. Terminado este periodo de estudio y de visita en el sitio y de varios lugares como los ya indicados, concluyó en que “todo lo que él podía decir al respecto, los antiguos peruanos lo habían hecho de manera eficiente y barata”, que se debía estudiar y usar ese conocimiento para resolver los problemas que se deseaba resolver en las comunidades campesinas”. De esta forma, se reafirmaba que “el que no conoce y reconoce su pasado, no se conoce a sí mismo”, y “cuando no sepas a donde ir, por lo menos debes saber de dónde vienes”, “la historia es maestra de la vida”.