Opinión

El quechua en la religión y las iglesias

Por Carlos Flores Lizana

Antropólogo y Profesor

El quechua en la religión y las iglesias

Este quinto artículo sobre el quechua, es de mucha importancia ya que las iglesias, pero en especial la católica, tiene que ver mucho con el quechua y su vigencia. Empecemos con la historia de esta relación medio conflictiva desde la llegada de los españoles a nuestro territorio en 1532. Los conquistadores invadieron el Perú y toda América acompañados de miembros de la iglesia católica, que era aliada de la corona española, y también portuguesa. Pizarro llega a Cajamarca con el padre Valverde y él se encarga del dialogo con Atabalipa precisamente, donde se cuenta que le entrego la Biblia y que el Inca sin entender mucho la tiró y que precisamente este hecho junto con otras estrategias, fue la que produjo el ataque y captura del emperador y la masacre contra los súbditos del inca. Nathan Watchel en su trabajo “Los Vencidos” nos muestra el horror que fueron los primeros 30 años de este genocidio de nuestros antepasados, que como muchos historiadores explican, varios momentos del mismo, fueron justificados por la Iglesia católica hasta “como parte” de la historia de la salvación.

Cuando en 1534 los conquistadores entran al Cusco, los dominicos -orden a la que pertenecía Valverde- reciben como premio el templo principal del imperio y sobre él se construye la iglesia que tiene como base el gran Qori kancha o templo del sol. Al terminar la guerra de conquista y los conflictos entre los conquistadores, las cinco ordenes religiosas principales se hacen cargo de la evangelización de las poblaciones originarias y ven que el quechua era la lengua general del Perú, en un verdadero archipiélago de etnias de diverso tipo unificados por la hegemonía inca y por su política lingüística y cultural bastante efectiva.

Se inicia con esto la recopilación de la lengua quechua y obviamente la puesta en grafía castellana, con el fin de unificar y mantener este territorio tan diverso, y sobre todo evangelizarlo y catequizarlo en la doctrina de la fe católica de Contrarreforma. Se empieza a hacer diccionarios y vocabularios, gramáticas, catecismos, guías para párrocos de indios, sermonarios, manuales para confesores, devocionarios, cantorales y otros textos escritos en quechua pero con grafía y fonética castellana y latina. El catolicismo español no tenía un gran interés en que la Biblia entera fuera traducida al quechua, por eso no hay ninguna Biblia completa en quechua ni en otra lengua originaria hasta el avance de las iglesias protestantes que llegan al Perú a fines del siglo XIX que. Por ello hasta ahora el uso de la Biblia es sinónimo de pertenencia de alguna iglesia evangélica, hasta hoy el catolicismo popular no lee la Biblia suficientemente, para mejorar de la calidad de su fe.

A pesar de estas limitaciones los religiosos católicos de estas cinco congregaciones, en especial los dominicos, franciscanos y jesuitas, son los que aportan mas al conocimiento y conservación de las lenguas originarias y en concreto del quechua en sus variantes ahora mejor conocidas y preservadas. Los religiosos y los sacerdotes seculares o comúnmente llamados curas doctrineros y párrocos venidos de España y Europa usaran el quechua para seguir catequizando y evangelizando a los nuevos cristianos tanto andinos, amazónicos y esclavos negros traídos de Africa. Para estos últimos no se tuvo ninguna consideración sobre sus lenguas de origen de tal manera que se perdieron definitivamente entre el dolor y el desarraigo al ser considerados como “subhumanos”, lo cual es una contradicción con el evangelio de Jesus que era predicado por una Iglesia sometida y servil al régimen colonial.

Los sacerdotes criollos o indígenas vienen después de algunos años ya que al inicio la ordenación de los hijos de nuevos cristianos como se los llamó, ya sabían o tuvieron que aprender el quechua. En los seminarios que se van formando, después de los llamados Concilios Limenses de 1556 en adelante, no se podían consagrar de sacerdotes si no sabían el quechua u otra lengua originaria. Para ser religioso participe de una comunidad misionera también era indispensable conocer las lenguas, de igual manera los sacerdotes o religiosos que hacían misiones de evangelización en zonas donde no habían parroquias.

Es importante entender que los evangelizadores recogieron sobre todo cantos a los divinidades andinas como lo hizo ver con acierto José María Arguedas, diciendo que en los himnos católicos, en especial los enseñados por los primeros catequistas y evangelizadores, está el mejor quechua ya que fueron transliterados o rehechos teniendo como base los himnos al sol, la luna, Pachakutec, Pachacamac, la Pachamama y otras divinidades. La música, el canto y el teatro popular también llamados “sacramentales”, siempre han sido instrumentos de evangelización, lo mismo que las imágenes y ritos relacionados a los siete sacramentos. Estudiar con detalle las traducciones de las principales oraciones católicas al quechua es sumergirse en un tema muy importante y valioso ya que ellas fueron hechas con bastante cuidado cultural, antropológico y análisis filológico. En las investigaciones de aquella época podemos descubrir las capacidades y limitaciones de los religiosos y misioneros que las hicieron. Estudiar todos estos t extos como la música de las canciones es muy importante para la recuperación del vocabulario más fino del quechua en sus variantes.

Dado el rol de la Iglesia católica en nuestra historia desde la conquista es muy importante recoger y volver a editar todo lo producido por ella relacionada al quechua y las otras lenguas originarias. Resulta muy triste comprobar que la misma Iglesia no ha sido la defensora de la lengua quechua a pesar de ser la que mas hizo por ella sobre todo en la época colonial.

Desde mediados de la década del 60 del siglo pasado con la renovación que trajo el Concilio Vaticano II nuevamente la iglesia católica hizo un gran esfuerzo por defender y promover la cultura andina y junto con ella el quechua y el aymara, las dos lenguas originarias más habladas de nuestro país. La formación del Instituto de Pastoral Andina (IPA)el año 1968, la publicación sostenida casi 40 años de la revista de investigación más importante del sur andino peruano Allpanchis Phuturinqa, y el boletín de información y formación Pastoral Andina fueron una expresión de esta nueva posición en favor y defensa de la cultura y la lengua quechua. Pero lo más importante relacionado al idioma fue la instauración de un Curso de Quechua para su enseñanza.

Este esfuerzo ejemplar de los fundadores de coordinación pastoral de las iglesias surandinas, y sobre todo, su toma de posición respecto a las personas, familias y comunidades quechuas y aymaras en lo que era su identidad andina, fueron claves para la formación del llamado Curso de Quechua del IPA, que se creo con la ayuda y orientación de uno de los centros de idiomas indígenas mas importantes de Bolivia ubicado precisamente en la ciudad de Cochabamba.

Las iniciales siete diócesis y prelaturas que conformaban el IPA se consolidaron sobre todo en los departamentos de Cusco y Puno. Cada jurisdicción eclesial fue cuidando que todos sus agentes pastorales supieran quechua y aymara, como una muestra de respeto y amor preferencial. Este esfuerzo de coordinación ejemplar y eficiente entre todos los agentes pastorales atrajo a muchos religiosos, sacerdotes y laicos del Perú y de otros países; por ellos todos tuvieron que aprender no solo a hablar sino sobre todo a vivir y pensar como los runas y así unirnos a sus intereses sobre todo en el respeto y promoción de su identidad cultural y religiosa. Se empiezan a producirse cancioneros, nuevos textos bíblicos, manuales de formación bíblica, textos de formación y celebraciones nuevas, investigaciones sobre su manera de vivir su fe y su cultura etc.

Los párrocos empezaron a decir misas en quechua y aymara, se comenzó a administrar los siete sacramentos igualmente, nuevos cantorales y devocionarios se crean y recuperan lo mejor de los antiguos. La música es uno de los campos de renovación más interesantes e importantes. Allí se hizo un trabajo de creación y ecuménico con las iglesias separadas.

Entre 1967 hasta el año 2000, nacen emisoras de radio desde donde se hace trabajo pastoral y social en todo el territorio de esta nueva manera de ser y vivir como iglesias. Las emisoras locales estaban enlazadas y con la misma dirección, se difunden mensajes de vida y respeto, música de todo tipo pero en las dos lenguas, se comparten noticias, se educa en ciudadanía, salud y derechos humanos.

En este esfuerzo de formar agentes pastorales comprometidos con su pueblo surge el movimiento de catequistas rurales varones, igualmente los promotores de salud, y la escuela de líderes sociales. Todos ellos campesinos y pastores comuneros que se comunican en quechua y producen materiales en su idioma. Este esfuerzo es muy valioso e importante porque fortalecía las capacidades de las personas que integran la comunidad campesina.

Dentro de este esfuerzo es muy importante resaltar el trabajo de los jesuitas en la provincia de Quispicanchi cuya capital es Urcos, zona muy poblada por familias y comunidades campesinas, de antiguas haciendas y pueblos mestizos. Desde que se hacen cargo de siete parroquias empiezan a aprender quechua y crean una red de escuelas y colegios donde se aprende a escribir y leer en quechua con el apoyo y cobertura institucional de la red nacional de Fe y Alegría. Pienso que es la experiencia más sostenida del Perú en lo que es enseñanza del quechua, lleva mas de 30 años y tiene pensado seguir en este empeño.

El proyecto articula colegios con escuelas primarias e iniciales de varias comunidades campesinas y prepara docentes para enseñar a escribir y leer en quechua y luego en castellano con la meta de que lleguen a ser bilingües coordinados. Existe una buena producción de textos de apoyo para lograr esta tarea entre ellas diccionarios visuales para los niños y niñas, textos para enseñar los distintos campos del saber como, matemática, biología, historia, comunicación, etc.

En departamentos con alta densidad de quechuahablantes las arquidiócesis, diócesis, prelaturas y parroquias, se dice y se canta en las misas, con grupos de música religiosa nueva, algunas con gran creatividad y belleza como en la prelatura de Sicuani, departamento del Cusco. En Huancavelica, Apurímac, Ayacucho, partes de Junín y Arequipa las parroquias están llevadas por sacerdotes normalmente nacidos en esos departamentos, buenos quechuistas y buenos cantantes muchos de ellos. Igualmente en zonas quechuas del departamento de Puno donde se canta en quechua y se utilizan los instrumentos musicales típicos de su cultura.

La mejora de las relaciones con las iglesias adventistas, luteranas, evangélicas, presbiterianas, testigos de Jehová y otras ha dado frutos positivos al usar biblias completas o solo el nuevo testamento en quechua para todas ellas. El uso de emisoras radiales ha sido un instrumento muy potente para conservar y mejorar el uso de nuestra lengua. Los nuevos recursos tecnológicos como la televisión, el internet y el celular están haciendo posible que nuestra lengua no solo sobreviva sino que se modernice y siga vigente.

Después del ataque brutal de una corriente sumamente conservadora contra el sur andino, con prelados y agentes pastorales laicos pertenecientes al Opus Dei, Lumen Dei, y el Sodalitium Vitae por más de veinte años, (2000 en adelante) nuevamente se vuelve a recuperar la dinámica de pastoral de conjunto que dinamizo el IPA y el Curso de Quechua. La experiencia positiva y riquísima que se tuvo inspirada en la Teología de liberación y escucha a los nuevos “signos de los tiempos” traída por el Concilio Vaticano II, se conservó entre los agentes pastorales que resistieron, a la ola demoledora venida desde la mencionada corriente poco fiel al Espíritu, con la creación del ISAIAS (Instituto Surandino de Investigación y Acción Social), que hoy busca recuperar esa historia nueva y bella de una Iglesia al servicio de los pobres del sur andino peruano y boliviano.

Después de este recorrido sucinto de la historia entre la iglesia católica en especial, podemos decir que ella ha ido cambiando y sirviendo al pueblo andino quechua con cierta indefinición ya que pudiendo hacerlo mejor no lo hizo, aunque vivió un tiempo ejemplar con la llamada iglesia surandina. Pero en su larga historia, ha estado más interesada en sus fines y no en los intereses de los quechua-hablantes y sus organizaciones de todo tipo, sobre todo en departamentos como Apurimac, Huancavelica, y Ayacucho donde no ha penetrado el espíritu del Vaticano II suficientemente.

Es importante finalmente decir que existe una red de “sacerdotes andinos” y también de hechiceros y brujos que siguen manteniendo viva la religión andina dando culto a los apus, la madre tierra o pachamama, llamando a los wamanis y utilizando la coca como elemento fundamental para sus ofrendas junto a otros elementos claves como el maíz, la grasa de llama o vicuña, fetos de cuy, vino, etc. Estos sacerdotes llamados altumisas, cocarikoq, altuwahaq, paqos, hampeq, hablan y se comunican en quechua y usan todos los gestos y símbolos de la cultura andina campesina y pastora. Este conjunto de sacerdotes andinos son los mas vinculados al pasado y al presente de la cultura quechua, y por ello es importante tenerlos en cuenta a la hora de plantear las políticas lingüísticas y sociales. Los andinos comuneros y mestizos con mas identidad quechua son los que buscan los servicios de este conjunto abundante de guardianes de la religión andina y su aporte a la salud, el desarrollo espiritual de las personas y familias, y evidentemente del uso del quechua y todo lo que el conlleva de cultura.

La medicina andina junto con la magia y brujería siguen vigentes ayudando a veces, y también complicando la vida de sus usuarios. Las culturas y sociedades siempre han tenido formas de manejar los instintos oscuros de sus miembros, sus miedos y agresividades, sus desequilibrios, y conflictos, sus incertidumbres respecto al dolor, la enfermedad y la muerte, el amor y la sexualidad el futuro. Asi los “layqakuna” y otros nombres que tienen los brujos o hechiceros, ayudan a manejar mucho de estos campos de la vida humana en todas sus dimensiones. El quechua está presente en todos los rituales y manejos culturales de hondas raíces y significados andinos. Ya dice el filósofo alemán Martin Heidegger de gran profundidad, “el ser habita en la palabra”, somos en el fondo lo que hablamos y pensamos. Por eso y por mucho más es de suma importancia investigar y conocer el quechua en toda la extensión de su presencia en la vida de nuestras personas y sociedad nacional.