Opinión

El lado bizarro de las disputas del gobierno de Pedro Castillo

Por Víctor Caballero Martin

Sociólogo

El lado bizarro de las disputas del gobierno de Pedro CastilloFoto: Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo

La censura a la ministra Betssy Chávez, en una inusual alianza de la bancada de Perú Libre, con aquellas de derecha y extrema derecha, ha generado mucha alarma no solo por la ruptura del partido que lidera Vladimir Cerrón con el gobierno de Pedro Castillo, sino por el riesgo que esa votación pueda repetirse ante un probable pedido de vacancia del presidente. Esto ha sido presentado como un triunfo de la oposición y una derrota del gobierno.

No obstante, esta bronca no es nueva, viene desde la campaña de segunda vuelta electoral; se aceleró con el triunfo de Pedro Castillo y se intensificó con las disputas por los ministerios y el control de instituciones claves del Ejecutivo. El resultado, como sabemos de esta pugna ha sido la ruptura de la bancada de Perú Libre en tres fracciones. Primero renunciaron Guillermo Bermejo, Betssy Chávez y dos congresistas más para formar la bancada Perú Democrático; luego renunciaron un grupo de diez congresistas con el profesor Alex Paredes y Edgard Tello como líderes visibles del grupo que ha conformado la Bancada Magisterial; así la bancada de Perú Libre se ha reducido a 21 congresistas, aunque probablemente se produzcan más bajas en los siguientes días.

Por lo visto en varias jornadas de debate en el Congreso, la bancada de Perú Libre venía votando en forma cruzada a la hora de censurar a ministros: Hernán Condori (MINSA) fue censurado con votos de la bancada magisterial; Betssy Chávez (MTPE) ha sido censurada con los de Perú Libre; y que se sepa, varios ministros que provienen de las nuevas bancadas no gozan de la simpatía de Vladimir Cerrón ni de su partido.

Hay una expresión muy certera dicha por Cerrón que grafica bien esta bronca: “con Pedro Castillo ya no somos camaradas, somos aliados”. No es una diferencia sutil: ser camaradas exige comprometerse y defender al gobierno de Castillo; en cambio, se es aliado para compartir cupos de poder dentro del gobierno, vale decir: ministerios, viceministros y oros puestos de trabajos en el Ejecutivo. Esto es lo que vamos a ver en los próximos meses: la bronca entre aliados dentro del gobierno por las disputas de los cupos en el Consejo de Ministros por el control de determinados ministerios.

Cierto que Vladimir Cerrón logró, al inicio del gobierno, poner a Guido Bellido en la PCM y a sus cuadros políticos en el MINEM, MININTER, MINSA, MIDAGRI además de controlar puestos claves dentro de varios ministerios. Aunque las pugnas internas los fueron desplazando de esos ministerios, no obstante, consiguió mantener su intimidante presencia y recuperar algunos. Ser aliados les permite precisamente eso: ganar puestos en el Consejo de Ministros y colocar a sus militantes en estos ministerios.

La bancada magisterial y la bancada de Perú Democrático son la base leal y fiel de Pedro Castillo, en virtud de esa lealtad han logrado el control de dos ministerios: MINEDU (con Carlos Gallardo primero y luego con Rosendo Cerna), y MTPE (primero con Iver Maraví y luego con Betssy Chávez, y, finalmente con Ramón Lira, propuesto por la ministra saliente).

El tercer actor en disputa en el gobierno es la cuota de poder que le corresponde al círculo privado de Pedro Castillo, en el que se reconoce no solo a los provenientes de la región Cajamarca, sino a un grupo más cerrado que lo apoyó en la campaña electoral o en las luchas magisteriales. Los últimos nombramientos de ministros provienen de este grupo de referencia. Da la impresión que en medio de estas intensas pugnas entre bancadas, Castillo ha optado por fortalecer este círculo privado para hacer contrapeso a tales disputas; no hay en ese grupo una afinidad ideológica, tampoco una orientación política que permita señalar que el presidente ha optado por una salida política a la crisis de gobierno.

El lado más bizarro de estas disputas nos la muestra la pelea entre Guido Bellido y Guillermo Bermejo. Al decir de dirigentes de Perú Libre, Bermejo fue un infiltrado que logró colarse en la lista parlamentaria producto de las alianzas y conversaciones tumultuosas de las horas nonas. Bermejo proviene de los grupos más radicales de la izquierda; de él Bellido opinó que no tenía formación política de izquierda, que todo su conocimiento político provenía de los debates afiebrados que se dan en la Plaza San Martín. A lo que Bermejo le respondió que “ojalá le chanque un carro”. Hace unos días Bermejo calificó a Vladimir Cerrón de “gallinazo”. Así que hay bronca tiene para rato.

Visto el recorrido que han tenido estas alianzas y broncas entre Castillo, Cerrón, Bermejo y la bancada magisterial, me pregunto si éstas han tenido a la base disputas ideológicas tal como lo pretender hacernos creer Vladimir Cerrón. Definitivamente no. Los acomodos y reacomodos tienen un interés muy primario de mantener o ganar cuotas de poder dentro del gobierno. La base de estas disputas son los ministerios y puestos de trabajo, y mientras mantengan ministerios bajo control, la alianza va a perdurar.

Ni a Pedro Castillo le conviene romper con Vladimir Cerrón, ni a éste le interesa romper y salir del gobierno. Ambos pierden con la ruptura. Es esta alianza lo que le va a permitir al presidente sobrevivir a todo intento de vacancia que tramen las bancadas de derecha en el Congreso.