Opinión

El crimen de Billy Cafaro

Por Fernando Pinzás

Músico, investigador musical y periodista

El crimen de Billy CafaroComposición: Noticias Ser

En 1960, un joven cantante argentino que había incursionado en el novedoso rock and roll se atrevió a grabar una canción que indignó a los cultores del tango. Con apenas 23 años, Billy Cafaro era un ídolo a nivel nacional: el primer solista del rock argentino (aunque algunos historiadores se niegan a reconocerlo), antes de Tanguito, Luis Alberto Spinetta o Charly García, gracias a canciones como Pity Pity (original de Paul Anka), Personalidad, Marcianita o Bésame Pepita. Su popularidad fue tal que incluso llegó a Lima, donde sus temas eran un éxito incluso antes de la aparición de los nuevaoleros locales, como recuerda el investigador Hugo Lévano. Pero con Kriminal Tango comenzó su declive.

Por entonces, la revista Cantando publicó un artículo a página completa con la cara de Cafaro, llamándolo “Criminal”. “Tenemos que hacer algo para contrarrestar a los que se burlan del tango”, señala alarmado un recorte rescatado por el coleccionista argentino Alejandro Molinier. Recuerda el periodista Gabriel Cócaro que cuando Cafaro interpretaba esta canción, el público rompía vasos de vidrio y se los aventaba. De vender cientos de miles de discos, el cantante tuvo que dejar Argentina ante el acoso y establecerse en España, donde continuó su carrera pero ya sin poder repetir su éxito, que resultó siendo efímero. Cuando regresó a su país, el relevo del rock and roll había sido tomado por una nueva generación, influenciados por los Beatles, los Rolling Stones y la sicodelia.

¿Qué había jodido tanto a los argentinos de Kriminal Tango? ¿Que los europeos hagan tango? ¿Que lo cante un joven rockero? “Acá se creyó que yo estaba asesinando al tango”, recordó Cafaro años después. Irónicamente, antes de ser rockero, Caffaro comenzó cantando tangos y boleros. Y quien hizo sus pininos tocando en la orquesta que lo acompañaba era nada menos que el Gato Barbieri. En realidad, la canción era una adaptación de una composición italiana popularizada por Hazy Osterwald en la Europa de habla alemana.

Quizás el verdadero crimen de Cafaro fue provocar a los puristas y dar el primer paso para un diálogo entre el género argentino por excelencia y el rock. Un diálogo que fue determinante para crear un rock verdaderamente nacional, con el que todo Argentina se identifica. Quizás sin proponérselo, fue Cafaro quien tuvo que dar ese primer paso e inmolarse, sacrificar su carrera, para abrir paso a nuevos artistas. Salvando las distancias, lo ocurrido con el cantante tuvo las mismas motivaciones que generaron el rechazo de los músicos puristas contra el reconocido Astor Piazzolla. Curiosamente, a Piazolla se le llamó “asesino del tango” por la misma época en que se condenaba a Cafaro. ¿Cómplices del mismo crimen?

La poca valoración hacia la figura de Cafaro como un pionero indiscutible del rock argentino continúa hasta hoy. Uno de los investigadores musicales que más se ha fajado por darle el lugar que merece a este y otros intérpretes es Víctor Tapia. A través de su blog Universo Epígrafe, Tapia se ha enfrentado de manera solitaria y apasionada a la historiografía oficial, que pone como punto de partida a canciones como La Balsa de Los Gatos. Así por ejemplo, le ha respondido al reconocido periodista Sergio Marchi, biógrafo de Charly, Spinetta y Pappo, quien sostiene que Cafaro nunca fue rockero sino más bien un rostro usado por la industria para reemplazar “a los rockeros de verdad”.

Pero Tapia, investigador “revisionista” como el mismo orgullosamente se define, prefiere ir más atrás y encontrar una conexión entre ese pasado olvidado y los íconos consolidados en esta historiografía oficial. Así como Marchi, aún ahora hay quienes ven en Cafaro a un cantante de música ligera, que poco o nada tienen que ver con rock and roll. Quienes afirman esto quizás no tienen en cuenta que Cafaro fue un ídolo reivindicado por Miguel Abuelo y que hasta el propio Spinetta, siendo niño, lo admiraba. Es cierto, Billy Cafaro no era un gran poeta ni cantautor, como quizás no lo fueron los primeros exponentes del rock and roll. Pero ellos también marcaron una senda para que aparezcan los Lennon, los Dylan, los Morrison, los Charly.

El sábado, olvidado, con más de 80 años y desplazado muchas veces de las páginas de oro del rock argentino, falleció Billy Cafaro. Pocos medios replicaron la noticia. Si bien, luego de décadas, el artista pudo volver a sacar discos y tener cierta reivindicación, nada fue lo mismo. El olvido es cruel. ¿Y si nunca hubiera grabado esa canción maldita? Que sirvan estas líneas para reflexionar sobre el daño que puede causar la intransigencia en la música y para volver a escuchar a Cafaro, a su manera, un mártir de la canción.

NS_20210809 Foto:Facebook de Alejandro Molinier