Opinión

Dos poemas a Santiago Manuin, hombre sabio del pueblo Awajún

Por Bikut Toribio Sanchium

Economista y Gestor Ambiental por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Poeta y escritor. Investigador de temas amazónicos, extractivismo y defensores ambientales del Centro Bartolomé de las Casas (Cusco). Asistente de investigación en la Red Muqui y fotorreportero de Noticias SER.

Dos poemas a Santiago Manuin, hombre sabio del pueblo AwajúnFuente: Mocicc

Al hombre de la Amazonía, al hombre de la patria peruana, al hombre del pueblo de mi país, le canto y le hago homenajes con estos poemas.

Concierto de dolor en mi pueblo

Al pueblo Awajún

Hay concierto de lágrimas en mi pueblo:

En el escenario de los muertos ya cayó Manuin

En la cancha del cementerio ya duerme Shimpukat

En la tierra de los marginados fue enterrada Antun

También acostaron a Impi con trizas del corazón.

Kinin, Impi, Juwau, ¡ayyy corazón! ¡Cómo tragar esta lista inexistente para el Estado!

Por aquí en el bosque lloran, por allá en el río son puras lágrimas doradas.

Las lágrimas de Nieva, dolor de El Cenepa, lamentos de Imaza, tristeza de Santiago se han dibujado en el cielo.

Alrededor de todos, arrodillados, con la cabeza mirando la tierra, llora mi pueblo.

Es el concierto que los privilegiados han inaugurado desde la colonia hasta la soñada república.

El gobierno, el congreso, los políticos, los señores de la patria del poder son los espectadores.

Con su silencio, olvido y exclusión alientan el concierto de dolor y tristeza de mi pueblo.

País de Muún Manuin

El Muún Manuin murió y la Amazonía llora

El Perú sonríe y mi pueblo está triste como su cielo nublado.

Un cinco de junio como un pañuelo cayó herido por su gobierno.

Se levantó y caminó en silla de ruedas en el camino de amor de su pueblo.

El Muún Manuin cruzó ríos dulces, bosques mágicos, cerros espirituales y murió lejos de su tierra que vive purísimas lágrimas.

El inolvidable olvido de su patria lo aniquiló en Chiclayo.

Regresó a su tierra dentro de un cajón plateado del poder, una sincera hipocresía de amor.

Volvió volando, sin vida, sin aire, mientras su pueblo moría por un cariñoso olvido de su patria.

¡Ay dolor! ¡Ay mi dolor del pueblo!

La Amazonía llora, ¡el Muún Manuin murió!

Los asesinos disfrazados de mi Patria aún sonríen con sarcasmo.

¡El Muún Manuin murió!

¿Dónde está el país de Muún Manuin?

Foto: Ricardo Reátegui / PUCP