Opinión

Dos encuestas, un camino

Por Víctor Caballero Martin

Sociólogo

Dos encuestas, un caminoCanal N

Hoy las primeras planas de los diarios La República y El Comercio traen información sobre encuestas. El primero presenta los resultados de la encuesta nacional rural – urbana del IEP realizada del 21 al 25 de marzo, mientras que El Comercio publica –nuevamente- los resultados del simulacro de voto hecho por Ipsos, que ya habían sido difundidos en ese mismo medio el domingo pasado. Lo interesante es que ambas encuestas confirman dos hechos irrefutables: la primera, que son seis los candidatos que se disputan las preferencias del electorado, todos con poco margen de diferencia. Lo segundo, se mantiene alto los porcentajes de los electores que no votarán a nadie: un 27% dice el IEP; un 30%, dice El Comercio.

Esto no quiere decir que los electores estén tranquilos, inmovilizados, o, para decirlo de otra forma: indiferentes al proceso. Por el contrario, ya se están produciendo cambios importantes en las preferencias electorales, pero no en el grupo de los candidatos, sino entre los que votan por nadie. Veamos:

  1. En diciembre pasado, el 22% decía que no votaba por ninguno de los candidatos, pero tres meses después ya parecen decidido porque solo el 3.9% declara que no votará a ninguno.

  2. Pero los que antes no se decidían, al parecer ya decidieron: votarán en blanco o viciarán su voto. En diciembre pasado el 1.7% declaraba que votaría blanco o viciado; ahora, en marzo, son 20.2%.

  3. Eso mismo pasa con el sector de electores “indecisos”; en diciembre eran el 5.3%; en marzo este sector bajó a 2.4%; es decir, los “indecisos” ya se decidieron…y probablemente votarán en blanco o viciado.

No hay que alarmarse, todavía faltan dos semanas; conocemos bien a nuestros electores, ellos deciden su voto un día antes y hasta en la cola de votación, fenómeno harto analizado por investigadores sobre procesos electorales en el Perú.

Es muy cierto que a dos semanas de las elecciones el problema no son los electores, sino los candidatos: no levantan las pasiones, no hay ni generan la polarización de antes, tampoco se producen movilizaciones organizadas o espontáneas que, en el último día decidían el resultado. Es cierto también que la polarización de antes: fujimorismo o antifujimorismo ha prácticamente desaparecido. El problema es que no ha sido sustituida por otra, cuando en verdad, debía surgir ya otra que la reemplace y que genere las pasiones, levante las expectativas por un cambio.

Esa es la tarea, o mejor, el camino a seguir: una campaña que en estas dos semanas levante pasiones, genere expectativas por un cambio. La situación que estamos viviendo es de un aplastamiento total de la moral y la falta de futuro en los ciudadanos; producto, sobre todo del tremendo impacto del coronavirus.

Antes, la izquierda tenía un mensaje esperanzador: otro mundo es posible. Eso es lo que hay que trabajar: insuflar el ánimo en el electorado de que ya no podemos seguir como estamos; que juntos se puede construir las bases para un futuro mejor, solidario y equitativo.